Por 40 años 'Socorrito' fue un sinónimo de amor al trabajo en el HIES

El gran amor por su profesión hizo que María del Socorro Encinas, se desempeñara durante 40 años como enfermera en el Hospital Infantil del Estado de Sonora (HIES)

HERMOSILLO, SON.- El gran amor por su profesión hizo que María del Socorro Encinas, se desempeñara durante 40 años como enfermera, luego de todos estos años tomó la decisión jubilarse, se despidió muy feliz, contenta y con grandes satisfacciones de haber ayudado con su labor a niños y niñas del Hospital Infantil del Estado de Sonora (HIES) durante todo ese tiempo.

En 1981, María del Socorro comenzó a laborar una profesión que le dejaría muchas satisfacciones, pero también grandes sacrificios de manera personal, al ser madre, esposa y profesionista al mismo tiempo, tuvo que darle un equilibrio a su vida para poder salir adelante.

Recordó que cuando comenzaba en el área de emergencias tenían muchos materiales con los cuales trabajar, pero los aparatos no estaban tan desarrollados, la tecnología aun no era tan actualizada pero debido a eso el trato con el paciente era más íntimo, más cercano.

“Teníamos que utilizar el baumanómetro de manera manual, contar gota por gota en las soluciones del paciente y estar atenta a cada momento que tuviera alguna incomodidad, el trato era muy personal, no había la tecnología que hay ahora, el problema es que al pasar de los años disminuyeron los materiales para poder trabajar con el paciente, a veces hasta nos hacían falta guantes para poder intervenir a la persona”, mencionó.

El lado familiar fue un poco complicado de sobrellevar con el trabajo, ella siempre madrugaba para hacerle “lonche” a su esposo quien le ayudaba a cambiarlos para que después ella los pasara a dejar a la guardería.

“Cuando iba a dejar a mi hijo a la guardería me iba llorando al trabajo porque me abrazaba para que no me fuera, pero tenía que hacerlo, tenía ser fuerte porque era una profesión que había elegido ejercer de manera responsable”, dijo.

Muchas experiencias

Con 10 años en el área de emergencias, María del Socorro vivió muchas experiencias que durante todos esos años dice no haberse arrepentido de ninguna de ellas, ni tampoco pensó desistir o renunciar a ello, ya que fue una carrera a la cual le fue tomando mucho cariño.

También ejerció como jefa de piso en el cual aprendió muchas cosas, veía entrar a nuevas generaciones de enfermeros y enfermeras a los cuales orientaba y ayudaba para que aprendieran un poco más de dicha labor.

“Me hubiera gustado ser maestra pero una amiga me dijo que entráramos a estudiar enfermería, me animé y ya con el tiempo le tomé mucho cariño a la profesión, me di cuenta que también era como ser una docente, porque también me ponía a orientar a las compañeras, me preguntaban y yo les ayudaba a resolverlo”, comentó.

Grandes satisfacciones

Describió que el ver la cara de un niño o niña recuperado es una de las más grandes satisfacciones que siempre tuvo en su trabajo, en ocasiones algunos le agradecían con un pequeño detalle, le decían un “te quiero” y los familiares se iban con mucha tranquilidad.

“Había ocasiones en las que llegaban madres desesperadas, tristes por no poder comprar el medicamento o, personas que se desmayaban en la sala porque no tenían ni para comer, entonces sacaba yo de mi bolsa para darles y que comieran o se fueran a comprar algo, es difícil que no te afecte ese tipo de situaciones, pero tienes que estar firme en tu trabajo también”, explicó.

El pasado viernes 26 fue su último chequeo como enfermera en el HIES, hospital en el cual laboró desde sus inicios como enfermera, quien le entregó un reconocimiento por los años de servicio otorgados, despidiéndola con mariachis, flores y el cariño de sus compañeros y compañeras de trabajo.

“Recomiendo a las nuevas generaciones de enfermeras y enfermeros ejercer su labor con muchas ganas, de no mezclar lo personal con lo laboral, tratar a los pacientes con mucho amor, con mucho tacto y sobre todo sean más unidos al paciente, preguntarles como están, como se sienten, si necesitan algo, que no crean que por tener una licenciatura o maestría no pueden cambiar un cómodo o arreglar una almohada”, concluyó.

Actualmente se encuentra tranquila cuenta con el apoyo de su esposo, sus dos hijos, y cinco nietos, los cuales disfrutará en esta etapa de jubilación a sus 63 años de edad, que mencionó ya era hora de hacerlo.

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