¿Conoces los orígenes de la tradicional capirotada? Aquí te lo decimos

Según los hermosillenses, este platillo no solo es uno de los platillos favoritos durante esta temporada, sino que es uno de los más desacostumbrados por la diversidad de sus ingredientes y los sabores que trae consigo.

HERMOSILLO, SON.- Apenas pasaron las ventas del 14 de febrero y con el inicio de la Cuaresma ya se logra apreciar en distintos negocios los tradicionales ingredientes para el platillo favorito de la temporada: la Capirotada.

Según los ciudadanos hermosillenses, este platillo no solo es uno de los platillos favoritos durante esta época, sino que es uno de los más desacostumbrados por la diversidad de sus ingredientes y los sabores que trae consigo a cada bocado.

Cada año la elaboración de este postre se vuelve controversial, pues hay quienes pueden amarla, pero también es odiada por otros; sin embargo, cada Semana Santa se vuelve el protagonista principal y los mercados llenan sus stand con sus componentes.

Pan, miel, leche, queso, canela, plátanos, pasas, cacahuate son algunos elementos con los que se prepara la tradicional Capirotada, aunque cada persona tiene su receta y añade o quita algunos ingredientes.

Cualquiera de los anteriores funciona, pues la idea principal es elaborar un platillo en capas de dulce, gastronomía que ha pasado de generación en generación y que se va adaptando a los gustos de cada persona.

Pero, ¿conoces el simbolismo religioso que guarda? Según los sacerdotes, mencionaron que tiene orígenes en la Conquista, al ser traída por los españoles que la preparaban de dos formas: a la francesa, utilizando carne y embutidos, y la clásica, que era una especie de budín aderezado.

Esta última era típica de cuaresma, y así siguió hasta las generaciones de mitad del siglo XX. Como todo mestizaje, la receta evolucionó y la primera innovación fue remojar el pan viejo en una salsa con tomate, especias y piloncillo.

Sin embargo, poco a poco se transformó más en un postre que en un plato salado, pero conservó utilizar productos de segunda oportunidad como símbolo de humildad.

Además, la tradición cristiana, argumenta que los ingredientes tienen interpretaciones religiosas: el pan como el cuerpo de Cristo; la miel su sangre; la canela recuerda la madera de la cruz y los clavos de olor a los que se utilizaron para crucificar a Cristo.