Una cita con la historia
"Una cita con la historia", escribe Epigmenio Ibarra en #Itinerarios
Que, como decía Francisco Quevedo “menos mal hacen los delincuentes que un mal juez” es algo que las y los mexicanos -porque lo hemos sufrido en carne propia- sabemos muy bien.
Víctimas de jueces, magistrados y ministros -de sus decisiones, fallos, sentencias o amparos- hemos sido todas y todos, de alguna manera, en algún momento de nuestra vida.
Ya sea porque se nos niega justicia en un tribunal o porque un juez venal libera a algún criminal que termina haciéndonos daño, lo cierto es que, a excepción de un puñado de privilegiados, a la mayoría nos ha ido mal en nuestros tratos -que son muchos e inevitables- con el Poder Judicial.
Así como en la guerra la primera baja es la verdad, la primera víctima de la corrupción -un componente genético esencial del viejo régimen- es siempre la justicia.
Ahí donde mandan el PRIAN y el mercado y, para volver a Quevedo, donde “poderoso caballero es Don Dinero” la justicia es sólo una mercancía.
A los delincuentes de cuello blanco, a los capos del crimen organizado, a los gobernantes y funcionarios corruptos que se manchan las manos de sangre inocente y se llenan los bolsillos con dinero del pueblo, a los millonarios sin escrúpulos y en general a quienes tienen con qué comprar a un juez o a un magistrado la impunidad, que la plata les garantiza, los estimula a seguir perpetrando crímenes.
A ese círculo vicioso crimen-corrupción-impunidad que ha ensangrentado y empobrecido a México. A esa espiral incontenible de injusticias, es que con nuestros votos por las personas juzgadoras, podremos las y los mexicanos, ponerle fin en sólo 18 días.
No será fácil el camino de aquí a la elección. Desplegarán la oligarquía y lo que queda de la oposición política, con apoyo del enorme aparato mediático que tienen a su servicio, todo su arsenal de trucos sucios.
Se saben a punto de perder su último bastión. En el Poder Judicial se atrincheraron; desde la corte y los tribunales quisieron frenar la transformación del país. Harán hasta lo imposible -ya lo están haciendo de hecho- para mantener el control sobre el aparato de impartición de justicia, para que el proceso fracase, para que no acuda la gente a esta cita con la historia.
La cuenta regresiva ya está en marcha. Cierto, no tenemos experiencia, el proceso de selección de candidatas y candidatos es complejo, nunca se ha celebrado una elección así en nuestro país, en casi ningún país de la tierra, pero de hazañas extraordinarias es capaz un pueblo, como el nuestro, consciente y decidido a hacer valer su soberanía y a defender su democracia.
Epigmenio Ibarra
X: @epigmenioibarra