Hermosillo revive el amor con Carlos Cuevas y Jorge Muñiz

Dos de los más grandes exponentes del bolero pisaron tierras sonorenses para brindar un concierto lleno de nostalgia y romanticismo en las voces de Carlos Cuevas y Jorge Muñiz como parte de su gira 'El Tiempo es Oro'.

Un viaje musical por la historia del bolero, lleno de romanticismo, nostalgia y emoción fue el que ofrecieron Carlos Cuevas y Jorge 'Coque' Muñiz, dos grandes del bolero en México, quienes unieron sus voces para presentar su gira 'El Tiempo es Oro' en Hermosillo.

Los cantantes arrancaron su concierto en el Auditorio INAM en punto de las 22:00 horas mientras interpretaban 'Quiero abrazarte tanto', canción lanzada por el cantautor español Víctor Manuel en 1970.

"¡Salud!, ¡que viva Sonora,  que viva Hermosillo", expresó Cuevas, "(En este show) se trata de recordar la añoranza, que el amor reviva esta noche", añadió 'El Rey del Bolero' antes de comenzar a interpretar el tema 'Yo lo comprendo'.

Durante su primer set en solitario, el originario de Córdoba, Veracruz deleitó a los presentes con canciones como 'Gema' y 'Tres Regalos'. 'Coque' Muñiz volvió al escenario para cantar a dueto 'Dos amores' y la noche avanzó con temas como 'Un hombre normal', 'No prometas lo que no será' y 'Casi siempre estoy pensando en ti' en la que el cantante subió a una de las asistentes.

Las voces de Cuevas y Muñiz se entrelazaron para interpretar al público, que los han acogido durante varias décadas, clásicos como 'Contigo aprendí', 'La media vuelta' y 'Tú de qué vas'.

En esta noche llena de nostalgia rindieron homenaje a grandes músicos interpretando éxitos de maestros como José Alfredo Jiménez, José José y Armando Manzanero.

Dentro su repertorio incluyeron 'Vive' y 'Por amor a ambos' con la que cerraron su presentación, sin embargo a petición del público volvieron al escenario para complacer al público unos minutos más.

Finalmente cantaron un fragmento de 'Sonora querida' y a las 23:48 horas de despidieron de su público entre aplausos y una ovación de pie tras haber presenciado una velada inolvidable.