La desinformación también ‘enferma’

No sólo el virus del SARS-CoV-2 ha resultado altamente contagioso, también el creciente brote de teorías de conspiración sobre el coronavirus, engaños, mitos contra mascarillas y falsos remedios.

HERMOSILLO, SON.- No sólo el virus del SARS-CoV-2 ha resultado altamente contagioso, también el creciente brote de teorías de conspiración sobre el coronavirus, engaños, mitos contra mascarillas y falsos remedios.

En casi 8 meses el número de personas muertas por el Covid-19 ronda los 700 mil y el número de contagiados supera ya los 18 millones en todo el mundo.

La rapidez con la que se propaga el coronavirus y la falta de una vacuna para frenarlo es lo que ha alimentado numerosas historias increíbles en internet.

El fenómeno, que se ha desarrollado en gran medida en las redes sociales, se intensificó esta semana cuando el presidente estadounidense Donald Trump retuiteó un video falso acerca de que un medicamento contra la malaria era una cura para el virus y se dio a conocer que la inteligencia rusa está propagando información falsa sobre la crisis de salud a través de sitios web en inglés.

Los expertos temen que el torrente de información errónea esté socavando de manera peligrosa las labores para frenar el virus, que ha provocado tan sólo en Estados Unidos unas 154 mil muertes, por mucho la mayor cantidad en un país en el mundo, de acuerdo con el conteo de la Universidad Johns Hopkins divulgado el sábado.

“Es un problema real en términos de tratar de que llegue el mensaje al público sobre lo que pueden hacer para protegerse y cuáles son los hechos detrás del problema”, dijo Michael Osterholm, director del Centro de Investigación y Política de Enfermedades Infecciosas en la Universidad de Minnesota.

Señaló que el temor es que la “gente se está poniendo en peligro porque no cree que el virus sea algo con lo que tiene que lidiar”.

Mensajes mixtos

En lugar de desaparecer ante nueva evidencia, la información falsa ha crecido, alimentada por mensajes mixtos de las autoridades, transmitida por las redes sociales, amplificada por mandatarios como Trump y con la capacidad de mutar cuando es confrontada por hechos contradictorios.

“No es necesario el uso de mascarillas. Existe una cura”, prometió la doctora Stella Immanuel en un video que promocionaba la hidroxicloroquina. “No necesitamos que las personas estén confinadas”.

La verdad es que: El mes pasado, los reguladores federales revocaron la autorización para utilizar el medicamento como un tratamiento de emergencia en medio de crecientes pruebas de que no funciona y puede tener efectos secundarios letales. Incluso si fuera efectivo, no anularía la necesitad del uso de mascarillas y otras medidas que se han implementado para contener el brote.

Nada de eso impidió a Trump, quien ha elogiado la hidroxicloroquina en repetidas ocasiones, retuitear el video. Twitter y Facebook comenzaron a eliminarlo el lunes por quebrantar las políticas de información falsa relacionada con el Covid-19, pero ya tenía más de 20 millones de vistas.

Muchas de las afirmaciones que Stella Immanuel hace en el video son ampliamente refutadas por expertos médicos. Incluso ha hecho declaraciones aún más extrañas en ocasiones anteriores, diciendo que quistes, fibromas y otros problemas de salud pueden ser provocados por tener relaciones sexuales con demonios, que McDonald’s y Pokemon promueven la brujería, que ADN de alienígenas es utilizado en tratamientos médicos y que “reptilianos” mitad humanos trabajan en el gobierno.

Más farsas

Otras teorías y farsas infundadas afirman que el virus no es real o que es un arma biológica creada por Estados Unidos o sus adversarios.

Una afirmación falsa que se difundió en los primeros meses del brote fue que las torres de redes 5G propagaban el virus a través de microondas.

Otra historia popular sostenía que el fundador de Microsoft, Bill Gates, planeaba usar las vacunas contra el Covid-19 para implantar microchips en los 7 mil millones de humanos del planeta.

Y además están las teorías políticas en Estados Unidos: que médicos, periodistas y funcionarios federales están conspirando para mentir acerca de la amenaza del virus para afectar a Trump políticamente. (Agencias, AP y UNIversidad Johns Hopkins)