Agua para el Ambiente: Sequía y Justicia Ambiental

Agua para el Ambiente: Sequía y Justicia Ambiental, escribe Luis Alan Navarro Navarro en #FueraDeRuta.

El ecosistema urbano está formado por todos los espacios verdes o azules que podemos ver en el mapa de una ciudad. Por verde tenemos la vegetación: Árboles, arbustos, pastos, hierbas, cactus, palmas, etc., ubicados en calles, jardines, camellones, residencias, parques y demás; en su mayoría esta vegetación es cultivada, esto es, depende del hombre para establecerse y mantenerse. Lo azul son los lagos, lechos de arroyos, humedales, entre otros; naturales o creados por el hombre.

En ambos colores (verde o azul) el agua es el común denominador (la vegetación ocupa agua). Hasta el día de hoy, Agua de Hermosillo, la paramunicipal, es el único proveedor de agua.

Constitucionalmente, son los garantes del acceso humano al agua y saneamiento (drenaje y tratamiento); pero, además, indirectamente, influyen en el ecosistema urbano, importante para gozar de un medio ambiente saludable. Todos estos derechos humanos consagrados en nuestra Constitución y que deberían de asignarse con igualdad.

Esta asociación indirecta entre el agua y el ecosistema urbano, podríamos llamarla "agua para el ambiente, o porqué no ya que estamos entrados, "caudal ecológico urbano", esta agua no está explícitamente asignados, contabilizada y reconocida por Agua de Hermosillo.

Estudios en el suroeste árido de Estados Unidos han demostrado como una gran proporción del agua que consumen los hogares se va en regar sus jardines. Estudios que han comparado casas con mucho jardín y pasto, contra aquellas sin vegetación, tomando en cuenta otros factores. Esta agua no se va por la red de drenaje, se infiltra, evapora y la consumen las plantas. Más agua se consume si se tienen, como en muchas casas, árboles frutales o tropicales, herbáceas muy demandantes de agua como: colombos u orejas de elefante, albahaca, hierba buena, menta, etc., sin duda, todas ellas plantas de mucho atractivo visual y que proveen alimento.

Las zonas azules en el mapa urbano son casi nulas. Muchos de los lagos escénicos están en zonas exclusivas y amuralladas. Por otra parte, en el espacio público, omitiré lo que se conoce como Parque Metropolitano (Eco-parque), que merece un análisis más profundo; me centro en lo que, si tenemos, el humedal de La Sauceda: Accesible, visitado, querido y defendido por muchos; representa el reducto de lo que fue un humedal más grande y extenso.

Aunque vivimos sin duda un año que se ha clasificado como una mega-sequía o la sequía mas intensa en el siglo (por supuesto, me refiero a autoridades de Estados Unidos), esta sequía está embebida en un ciclo multianual de mucha más duración, por ejemplo, tenemos una generación de Hermosillenses que crecieron viendo la presa Abelardo L. Rodríguez seca, entre 1998 y el 2021 la presa se ha secado a finales de mayo y principios de junio, en 17 de estos 24 años; los siete años que tuvo agua en dichas fechas, fue en un área muy reducida.

Si bien La Sauceda está siendo afectada por la sequía y la sequedad ambiental que vivimos; ésta se había mantenido, no por azar, sino por la voluntad del organismo operador de "soltarle" agua para mantener su nivel y lo más importante, preservar la vida de la fauna acuática que sostiene; al menos hasta que, Dios me oiga, pronto lleguen las lluvias de verano. A esto me refiero, estimado y estimada lector(a) a "agua para el ambiente".

La Sauceda no es un capricho, no es un humedal construido, es un reducto que se debe conservar, primero por su valor ecológico y recreativo; después, por justicia ambiental, es decir, igualdad, aunque sea tantita, en el reparto del agua para el ambiente. Por último, empezamos este mes con nuevo gobierno, amén de la preferencia de cada uno mis lectores, creo que siempre los inicios dan esperanzas de que vendrán tiempos mejores.

*Profesor-investigador en El Colegio de Sonora.