Si AMLO fuera CEO ya lo hubieran cesado

#ExpresoOpinión Si AMLO fuera CEO ya lo hubieran cesado, escribe José Santiago Healy en #Actitudes

Fue un año muy movido, repleto de escándalos, anuncios mediáticos, circo político, promesas y revelaciones.

Lamentablemente los resultados han sido magros por no decir desastrosos.

La economía creció cero por ciento cuando mal que bien avanzaba a niveles promedio del dos por ciento.

El clima de violencia se disparó como nunca en la historia reciente, sumaron el año pasado 34,582 homicidios dolosos, un 2.48% más que en el 2018 cuando se registraron 33,743 víctimas.

Y eso que el gobierno federal supuestamente detuvo la guerra contra el narco.

Impresionante que haya sido Guanajuato la entidad más violenta con 3,540 asesinatos mientras que Baja California le sigue con 2,859 y un poco atrás el Estado de México con 2,856.

A lo anterior agregue que crecieron los feminicidios en un 10.3%, los secuestros con el 3.5 y las extorsiones con un desorbitante 29%

El fantasma del desempleo que parecía estar bajo control, ha comenzado a asomar su cabeza, en el tercer trimestre del 2019 subió un 3.6% y se calculan en más de dos millones el número de mexicanos sin un trabajo formal.

Hay que añadir la serie de proyectos sin pies ni cabeza emprendidos por el régimen de Andrés Manuel López Obrador como el tren maya, el aeropuerto de Santa Lucía y el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), suficientes para mantener en vilo a buena parte de la población mexicana.

Si López Obrador fuera presidente o CEO de una empresa privada y reportara tales resultados en su primer año de gestión, seguramente sería despedido ipso facto o cuando menos obligado a emprender acciones firmes e inteligentes para enderezar el rumbo.

Pero como el primer mandatario no puede ser cesado –al menos en su primer año—lo que se requiere en México es un golpe de timón drástico para reencauzar el barco y ofrecer al pueblo mexicano y a la comunidad internacional señales claras de que López Obrador podrá con el paquete.

El presente y el futuro de nuestro país es demasiado importante y trascendente a nivel mundial como para dirigirlo sin metas determinadas y en medio de un ambiente de populismo y frivolidad que raya en la irresponsabilidad como ha sucedido en varias ocasiones.

Es cierto que hay indicadores positivos como la baja inflación, el control del gasto público, la paridad del peso-dólar y la austeridad implantada en todos los órdenes de gobierno.

Pero no son suficientes para transmitir confianza y serenidad a los mexicanos y menos cuando un día si y el otro también surgen escándalos políticos por doquier.

López Obrador tendría que empezar por sacudir a su equipo de colaboradores, relevar a ministros que no le han funcionado como es el caso de Gobernación además de varios miembros de su gabinete de seguridad.

En segundo lugar poner un alto a su gastada campaña en contra de los fifís, conservadores y opositores. Ese cuento ya no da para más y por el contrario se le ha comenzado a revertir.

En tercer lugar el primer mandatario tendría que formar un consejo de expertos nacionales e internacionales para que lo asesoren sobre sus grandes proyectos y claro que les haga caso.

Finalmente dejar a un lado sus acciones populistas como “la mañanera”, los viajes en vuelos comerciales y sus constantes ocurrencias para dedicarse a gobernar con seriedad y efectividad.

Ya pasó el primer año, Dios quiera y el segundo sea menos malo.

Noticias, noticias…

Dice AMLO que no se reunirá con Javier Sicilia y los LeBarón por temor a un exabrupto que dañe la investidura presidencial, sin duda que ya no se acuerda del “cállate chachalaca” que le endilgó en el 2006 al entonces presidente Vicente Fox Donald Trump fue y vino a Davos, Suiza, mientras en el Capitolio se iniciaron los preparativos para el juicio político del mandatario yanqui.

Tenemos la impresión de que los demócratas quedarán en ridículo luego de que el Senado de mayoría republicana declare improcedente la destitución de Trump. Y pronto veremos si el “impeachment” le reduce o le incrementa su popularidad con miras a su relección el próximo mes de noviembre.