Guaymas: Locatarios del Mercado Municipal dan último adiós a Nacho Arellano

El comerciante falleció el pasado lunes 2 de enero de manera repentina; comerciantes y clientes acudieron al Viejo Parian para despedirse del hombre de 54 años que es recordado como un hombre generoso y trabajador.

Como un hombre generoso y trabajador, los locatarios del Mercado Municipal de Guaymas recuerdan a Ignacio Arellano Amaya, comerciante que falleció de manera repentina la noche del lunes 2 de enero y la tarde del miércoles 4, su familia llevó sus restos al puesto donde hace muy pocos días que trabajaba de manera normal.

Nacho Arellano, de 54 años de edad, no manifestó síntomas de algún problema de salud en los días previos al infarto fulminante que le quitó la vida alrededor de las 21:00 horas del lunes, cuando se encontraba en su casa preparándose para el día siguiente.

El hecho ha llenado de tristeza y luto a los comerciantes que por décadas trabajaron cerca de él, a sus clientes y a la gente que circula de manera habitual por el Viejo Parian, quienes llegaron a despedirlo.

Frente a su ataúd, un cuarteto de músicos tocó las piezas “Soy así”, “Un puñado de tierra”, “Pedro y Pablo” y “En la mesa del rincón”, en el puesto donde vendía ropa y accesorios, en el Callejón Porfirio Díaz y Calle 20.

“En Navidad me regaló unos pantalones, no me debía ningún favor, nomás me llamó y me dijo: mira, escoge unos de tu talla y llévatelos, es tu regalo”, comentó el empleado de una zapatería que diariamente pasaba por el lugar y lo saludaba.

Al acto de despedida asistió el presidente de la Unión de Locatarios del Mercado Municipal y Diputado Local por el Distrito 04, Sebastián Orduño Fragoza, y dirigió unas palabras a los presentes. 

“Nos deja un gran vacío a todos los que nos tocó convivir con él, en este mercado somos como una familia, a veces convivimos más con los locatarios, que, con nuestra propia familia, fue un gran ejemplo de liderazgo, todos aquí aprendimos algo de él, es una pérdida muy difícil”, dijo.

Durante el mes de diciembre en que varios comerciantes fueron víctimas de robos y no se atrevieron a hablar por temor a espantar a los clientes, Nacho Arellano fue el único que dio la cara para denunciar la falta de vigilancia policiaca y habló del intento de asalto a un vendedor de churros, y la tarde del miércoles, antes de que su ataúd partiera en la carroza, lo rodeaban los comerciantes, familiares, amigos, vecinos, y hasta algunos policías auxiliares que lo recuerdan con afecto saben que dejó un vacío en el Mercado Municipal.