Acusan a exagente de la DEA de lavar millones para el CJNG
Paul Campo, retirado de la DEA desde 2016, fue acusado en Nueva York de lavar dinero, financiar droga y buscar armas para el CJNG junto con un asociado.
Un exagente de alto nivel de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) fue acusado formalmente por cargos federales de narcoterrorismo, distribución de narcóticos y lavado de dinero, tras presuntamente colaborar con una persona que se hacía pasar por integrante del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Paul Campo, de 61 años, quien trabajó casi 25 años en la DEA y ascendió a subjefe de la Oficina de Operaciones Financieras, fue señalado junto con su asociado, Robert Sensi, de 75 años, de participar en un esquema para lavar hasta 12 millones de dólares para el cártel, según la imputación revelada este viernes por fiscales del Distrito Sur de Nueva York.
De acuerdo con la investigación, Campo y Sensi acordaron convertir dinero en efectivo a criptomonedas, transacción que alcanzó inicialmente 750 mil dólares, y proporcionar un pago por 220 kilogramos de cocaína valuados en 5 millones de dólares. Las autoridades sostienen que ambos recibirían una comisión del 30 por ciento de las ganancias de la supuesta venta de droga.
Sus pasos
Los documentos judiciales indican que los acusados se reunieron en varias ocasiones con una fuente confidencial que actuaba bajo la dirección del Gobierno y fingía ser miembro del CJNG. En una cita realizada en marzo en un restaurante de Nueva York discutieron mecanismos para mover dinero entre Estados Unidos y México, incluido contrabando de efectivo e inversiones en bienes raíces.
Durante esos encuentros, Campo habría mostrado su antigua placa de la DEA y afirmó que estaba retirado de la agencia desde 2016. También habría señalado que trabajaba en proyectos para ayudar a clientes a "recuperar su dinero", según la acusación.
En otra reunión, realizada en Tampa, Florida, los hombres aceptaron iniciar el presunto esquema con una operación de 200 mil dólares. La primera entrega ocurrió en Charlotte, Carolina del Norte, donde la fuente confidencial les dio la bienvenida "al cártel", de acuerdo con los fiscales.
Para octubre, la fuente encubierta solicitó participar en una compra de droga. Las autoridades afirman que Campo y Sensi enviaron más de 200 mil dólares en criptomonedas a una cartera que creían controlada por un vendedor del cártel, pero que en realidad pertenecía al Servicio de Impuestos Internos (IRS).
Además del presunto lavado de dinero y financiamiento de un cargamento de cocaína, los acusados también habrían comenzado a investigar la posible adquisición de drones, rifles AR-15, carabinas M4, lanzagranadas y granadas propulsadas por cohetes para la organización, clasificada por el Departamento de Estado como una organización terrorista extranjera desde febrero.
Los registros judiciales no muestran abogados asignados para Campo o Sensi. Se prevé que ambos comparezcan este viernes ante un tribunal federal en Manhattan.
El fiscal federal Jay Clayton afirmó que los hechos atribuidos a Campo representan una “traición” a la misión que desempeñó durante más de dos décadas en la DEA. El administrador de la agencia, Terrance Cole, señaló que la conducta señalada “deshonra” a los agentes en servicio y afecta la confianza pública en las instituciones.












