Ana Cuamea es una emprendedora nata en diferentes giros
Globos, viajes, sorpresas y hasta nieves son los negocios que la joven hermosillense ha emprendido en sus 27 años de vida, una experiencia que le ha llevado a recorrer el mundo y aprovechar su creatividad para obtener sus ganancias.
Ana Lucía Cuamea Valenzuela, una joven emprendedora de 27 años y estudiante de maestría en Ciencias Ambientales en la Universidad Estatal de Sonora, es la prueba viviente de que los sueños pueden tomar forma a través del esfuerzo y la pasión.
Desde temprana edad, mostró su espíritu emprendedor y daba una muestra de lo que el futuro tenía preparado para ella.
“Desde chiquita siempre he sido de buscar tener mi propio dinero, para yo hacer lo que quiero, desde primaria, secundaria, yo recuerdo que vendía los relojes que se pegaban, que tenían imanes y se enrollaban, mis amigas andaban a la moda”, recordó con una sonrisa.
Su primer emprendimiento se formó en 2016, con Mega Boom, un negocio centrado en globos gigantes y decoración.
“Vi que esos globos se empezaron a usar en otras partes de México, de hecho, yo fui el segundo negocio en Hermosillo, siempre se me han dado mucho las manualidades, me gusta mucho todo lo que es decoración y dije, ‘igual y se me facilita’, fue a prueba y error, fue un hitazo, me gusta mucho ese negocio”, señaló.
Aunque el negocio tuvo éxito, lo traspasó debido a limitaciones de tiempo “me daba lástima que muchas veces no podía o tenía miedo a quedar mal, la verdad que le tengo mucho cariño porque fue mi primer negocio y duré mucho tiempo con él, todavía en la pandemia lo trabajaba”, describió.
Hizo del viaje un negocio
Gracias a su primer emprendimiento obtuvo recursos para viajar y experimentó la vida de “mochilera”. Esto la inspiró a explorar el negocio de viajes.
“En quinto semestre me fui de intercambio a España, viví allá seis meses y al finalizar me fue a visitar mi familia, éramos siete en total que nos aventamos un tour padrísimo y cuando terminó mi papá me dijo, ‘oye Ana, todo salió padre deberías considerar hacer esto’”, relató.
En sus aventuras por el mundo, Cuamea Valenzuela detectó una necesidad entre los viajeros.
“Regresando de allá comencé a vender artículos de viaje, cosas que a mí me hacían falta que yo batallaba para encontrar aquí, como conectores de enchufes, la cangurera secreta, etc". Este fue el primer giro de Destino MX, para posteriormente vender vuelos y finalmente convertirse en una asesora de viajes.
A lo largo de su camino, Ana Lucía ha encontrado aliados y socios en el negocio, como Sandra Arámbula, con más de 10 años de experiencia en agencias de viajes, y su cuñada Estefanía Lagarda en Fiancée Box. Esta última, consiste en ofrecer artículos que las amigas pueden regalar a futuras novias.
Hoy en día, trabaja en conjunto con su socia Sandra en dicha agencia y ofrece experiencias de viaje a diversos destinos, donde internacionalmente destacan los viajes a Colombia, Europa y Perú.
También se mete en la comida
Ante la adversidad de la pandemia, y las limitaciones que tenían otros rubros, Ana Lucía emprendió un negocio de nieves.
“Me encantan las nieves y empecé a hacer, las subía a mis historias y la gente me empezó a preguntar si vendía y dije, pues sí, sí vendo”, al finalizar la temporada de calor fue que comenzó con uno nuevo de velas, para una vez pasado el confinamiento retomar la agencia de viajes.
Además, trabaja con servicios de transporte en San Carlos, fortaleciendo su compromiso con la comunidad de su Estado.
“Yo le diría a los emprendedores que se avienten, que lo hagan, es lo que te va a forjar, con miedo pero que lo hagan, de hecho ya en el ruedo también es un subir y bajar, todo puede cambiar y tener la habilidad para adaptarte”, aconsejó.