Más allá del berrinche presidencial contra la prensa…

MÁS ALLÁ del berrinche presidencial (uno más) contra la prensa, resulta todavía más grave la manera en que Andrés Manuel López Obrador pone en juego la seguridad nacional, con tal de lavarse las manos.

Más que exhibir, el mandatario delató al coronel encargado de todas las acciones militares en contra del narcotráfico.

¡Nada más!

EN SENTIDO estricto, delante de todo el mundo, el comandante supremo de las Fuerzas Armadas le ordenó al secretario de la Defensa Nacional ir en contra de su formación y sus principios sacrificando a uno de los suyos.

Revelar el nombre, el grado y las funciones del titular del Grupo de Análisis de Información del Narcotráfico (GAIN) no sólo es ponerle precio a su cabeza, sino también podría considerarse un delito.

EL ARTÍCULO 54 de la Ley de Seguridad Nacional es muy claro en que los funcionarios con acceso a información de inteligencia deben “abstenerse de difundirla por cualquier medio y adoptar las medidas necesarias para evitar que lleguen a tener publicidad”.

Todo lo contrario a lo que hizo el presidente de la República.

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POR CIERTO que varios expertos en cuestiones legales afirman que la famosa orden de cateo que nunca llegó es un mero pretexto del gobierno para justificar su derrota ante el Cártel de Sinaloa.

Por ejemplo, con la participación del SAT se podría haber llevado a cabo, con toda legalidad, un operativo de “aduanas” que no requiere orden judicial.

Lo mismo que una “visita domiciliaria”.

Y como ese hay otros muchos ejemplos de recursos de los que se pudo echar mano, para no meter la pata.

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ESTE AÑO el altar de difuntos va a estar más saturado que el AICM en Semana Santa, pues en él habrá que incluir la promesa presidencial de acabar con la inseguridad en seis meses, las aspiraciones de Alfonso Durazo en Sonora y, claro, el crecimiento económico de México.

EN LA LISTA de decesos ocurridos en lo que va del gobierno también aparecen las múltiples pistas sobre la corrupción en torno a Enrique Peña Nieto, la añeja dirigencia de Carlos Romero Deschamps y los sueños de contar con energías limpias en el país.

Y AUNQUE no está precisamente muerto, pero sí en el limbo, también sería bueno poner una foto del avión presidencial, lo mismo que del NAIM que es un cadáver insepulto; ¡ah! y por supuesto también falleció eso de “no somos iguales” que tanto proclamaban en Morena.

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