Teléfono descompuesto
Teléfono descompuesto, escribe Carlos Marín en #ElAsaltoALaRazón.
Aunque Joe Biden tomó la iniciativa, Andrés Manuel López Obrador desaprovechó una segunda oportunidad, si no para “felicitarlo” (y menos “reconocerlo”: no es su facultad), al menos para “saludarlo”, sin poner en entredicho la norma de no interferir en los asuntos internos de otra nación.
Hoy se sabe que el pasado lunes, mismo día en que platicaron el candidato ganador y el premier de Canadá, Justin Trudeau, “el equipo del virtual Presidente electo se comunicó con la embajada de México en Washington para convenir una llamada telefónica con el presidente López Obrador sobre un eventual contacto entre ambos.
La postura del Gobierno mexicano de que va a esperar se informó por canales diplomáticos al equipo de Biden…”, reveló ayer “El Universal”.
La embajadora Martha Bárcena, tuiteó:
“Hoy expliqué a interlocutores estadounidenses la posición del @ GobiernoMX de esperar para felicitar al ganador de la elección presidencial en EU, por instrucciones del Presidente” @lopezobrador y del Secretario @m_ebrard.
La llamada tenía mucho sentido porque López Obrador es el mandatario de la tercera nación firmante del T-MEC. Al respecto, una reportera le planteó este miércoles en “la mañanera”:
- Ya usted lo argumentó pero, ¿en qué momento aceptaría esta llamada, independientemente de que le otorgue la felicitación o no a Joe Biden?
Me gustaría saber si estaría dispuesto a recibir esta llamada y cómo se estaría acordando esto con el equipo de Marcelo Ebrard.
- Hemos aclarado bastante sobre este asunto y hay confusión, o no se quieren entender las cosas, porque durante el periodo neoliberal se hicieron a un lado los principios de política exterior de México; principios que se fueron construyendo a través del tiempo en las posturas de los liberales, en particular la de Juárez- respondió el Presidente, citando el apotegma del “respeto al derecho ajeno”.
“Nosotros no podemos hacer un reconocimiento de ningún tipo a un Gobierno que todavía no está legal y legítimamente constituido”, remató.
- ¿Solicitaría entonces también “respeto” del lado del equipo de Biden “para que aguarden…?”.
- Creo yo que lo han entendido.
Se explicó:
“Hay plazos. Creo que el ‘8 de diciembre’ es el día en que el tribunal de allá resuelve, entonces ‘falta poco’. Y si hay impugnaciones, existen los poderes judiciales estatales y la Corte, pero entonces ‘pronto’ se va a saber sobre este asunto”.
Lo incomprensible es que, ya que Biden se animó a dar el primer paso, López Obrador cometiera la descortesía de no tomarle la llamada para decirle, por ejemplo:
“Qué tal, Mister Biden. Lo saludo con gusto pero espero que usted entienda que mientras no concluya el proceso electoral en su país no puedo felicitarlo porque no debo transgredir mi mandato constitucional de no inmiscuirme en la política interior de otros países. Apelo a su comprensión, le expreso mi respeto personal. ‘So long, merry Christmas, happy New Year, bye bye bye”’ (o algo igual de simple, pero atento).