La opinión de las bases no importa
De la CNTE y su sabotaje al paso de trenes por Michoacán, el presidente Andrés Manuel López Obrador piensa que “a veces, también los dirigentes no consultan a las bases”.
Por lo visto ignora que “las bases” de esa facción magisterial jamás han decidido lo que sus liderazgos, simplemente, les ordenan y que la única consulta que hacen es a la “dirección política”, como le llaman, a lo que queda de la comandancia del Ejército Popular Revolucionario (surgido a finales de junio de 1996 en Aguas Blancas) y su escisión (enero de 1998), el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente.
La información es accesible al secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, porque de él depende hoy el Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional, pero también la conocen, hasta con más detalle, los exgobernadores José Murat y Ulises Ruiz, quienes para capotear las exigencias de ese cartel sindical experimentaron la monserga de instalar inútiles “mesas de negociación” que servían sólo de fachada para el verdadero propósito de movilizaciones y plantones recurrentes y devastadores: amorcillar el problema, hasta que de forma repentina los líderes en turno jugaran a “aceptar” los acuerdos que en realidad eran palomeados por el EPR y el ERPI.
Ambas organizaciones, de inspiración maoísta en su versión del senderismo peruano, seguidoras del célebre Presidente Gonzalo, entendieron pronto la imposibilidad de derrocar al Gobierno y optaron por hacer un paciente trabajo de formación y consolidación de bases sociales, la más consistente y poderosa de las cuales es la temible Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, para echar a andar la estrategia de una guerra popular prolongada, en la que se busca ganar posiciones a partir de la lógica de pelear, digamos, por 100 para obtener 50 y luego luchar por otros 100 para ganar 50 y así sucesivamente.
La receta le ha sido muy redituable a la CNTE y más ahora por haber aprovechado las proclamas de Andrés Manuel López Obrador y Morena para acceder al Congreso: 40 de sus cuadros son hoy diputados federales.
De ahí que antier, en su rueda de prensa, el Presidente no se contuviera para decir:
“Nosotros hemos actuado siempre en defensa del magisterio y lo vamos a seguir haciendo. Ya cumplí el compromiso de que se iba a reformar la Constitución o se iba a enviar un proyecto para reformar la Constitución y cancelar la mal llamada reforma educativa”.
La “dirección política” resolverá en horas que se finalice el boicot porque, como dijo Che en su carta de despedida a Fidel:
“Otros menesteres reclaman el concurso de mis mejores esfuerzos”, o sea, poner a “trabajar” a la CNTE de Guerrero, Chiapas y su principal bastión, Oaxaca, para seguir exprimiendo las arcas públicas y "acelerar las contradicciones…”.