Un régimen con tintes dictatoriales
Un régimen con tintes dictatoriales, escribe José Santiago Healy en #Actitudes
Los mexicanos hemos luchado arduamente en contra del autoritarismo y a favor de la democracia en las últimas décadas.
Costó harto esfuerzo y sangre superar la dictadura de partido que vivió el país durante más de setenta años.
Los mexicanos votaron en el año 2000 por la transición y el cambio luego de veinte años de crisis económicas, sociales y políticas.
Imposible olvidar la torpe nacionalización bancaria que atrasó al país durante diez años que fue secundada por la cerrazón política y a la libre expresión.
Luego vendría la desaseada apertura económica que generó la crisis de 1994 con un levantamiento armado de indígenas, los crímenes de varios connotados políticos y el tronido de una supuesta bonanza financiera.
Los mexicanos no del todo satisfechos optaron de nuevo por el cambio en el 2006 y luego en el 2012 retrocedieron para abrazar a un nuevo PRI que se convirtió en el peor exponente de la corrupción y la impunidad.
Los mexicanos votaron abrumadoramente en el 2018 por un político de izquierda y su nuevo partido bajo la promesa de desterrar la pobreza, la corrupción y llevar al país a una nueva democracia.
Andrés Manuel López Obrador desde la llegada al poder no engañó a nadie con su ideología social y su compromiso con causas populares.
Sin embargo, cada día qué pasa es más notorio su alejamiento a promover una vida democrática que es a final de cuentas lo que más han exigido los mexicanos en los últimos años.
El actual gobierno de la 4T se asemeja más al PRI dictador y autoritario del siglo pasado al tiempo que abandona el camino hacia una real y verdadera democracia. Vayamos a los ejemplos.
La clausura del aeropuerto de Texcoco qué pasó por arriba de convenios nacionales e internacionales y que costó al país cientos de miles de millones de pesos fue la primera gran muestra de lo anterior. ¿Fue una acción democrática o dictatorial?
La cancelación de la cervecera Constellation Brands en Baja California, proyecto en donde se habían invertido varios cientos de millones de dólares, fue otra prueba de esta política autoritaria de AMLO.
A ello hay que agregar la desaparición del seguro popular; la cancelación de fideicomisos para la ciencia, la cultura y el deporte; la presión incesante para eliminar los organismos autónomos del Estado y la nueva tónica de adjudicar contratos sin licitaciones, en especial para el Ejército y empresas cercanas al régimen.
La lucha contra la impunidad y la violencia ha sido por demás caprichosa y autoritaria. Mientras se persigue a los enemigos del régimen llamados neoliberales, se deja libre a personajes de la talla de Ovidio Guzmán y se venera a los intocables morenistas como Manuel Bartlett, Félix Salgado y Pío López Obrador, entre otros.
El extremo de esta nueva dictadura de partido la vivimos esta semana cuando la Cámara de Diputados aprobó en lo general las reformas a la Ley de la Industria Eléctrica que dará prioridad a las plantas de luz de la CFE y relegará las instalaciones de energía renovable del sector privado, además cancelará permisos de auto abasto eléctrico, tampoco la paraestatal podrá comprar luz de las subastas eléctricas.
El colmo del autoritarismo fue que López Obrador lanzó la iniciativa de reforma preferente con la instrucción a los diputados de Morena de aprobarla sin cambiar una sola coma.
Y eso fue lo que ocurrió el miércoles por la mañana, aunque se espera que en el Senado la presión de los partidos de oposición sea más sólida y obligue a los morenistas a realizar al menos algunas modificaciones al texto de AMLO.
Las reformas a esta ley cuentan con el rechazo casi general de los sectores productivos y de expertos del extranjero que consideran que con las nuevas disposiciones México no podrá abastecer la demanda futura de energía eléctrica a precios razonables.
Que un presidente proponga una reforma de ley y pida que se apruebe sin el más mínimo cambio en lugar de exhortar a los partidos a discutir, analizar y enriquecer su propuesta, es sin duda una acción prepotente y autoritaria que recuerda los peores tiempos del priismo hegemónico y avasallador.
Esto ocurre apenas a dos años de iniciado este gobierno y a pocos meses de un proceso electoral que podría socavar la mayoría de Morena en el poder legislativo, pero difícilmente terminará con la actitud despótica del régimen.
Noticias, noticias...
Qué más quisiéramos que la acusación en contra del gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, sea real, bien investigada y conduzca a eliminar la impunidad en ese estado fronterizo donde la delincuencia organizada domina buena parte del territorio... Según la Unidad de Inteligencia Financiera el mandatario incurrió en delincuencia organizada operaciones con recursos de procedencia ilícita y defraudación fiscal... Habrá que seguir de cerca el proceso para confirmar si la denuncia es seria o es parte de una vendetta política... La gran pregunta que está en el aire es si la educación virtual y el trabajo en casa se afianzará una vez terminada la pandemia o si por el contrario las personas se volcarán a las calles, aulas y oficinas y utilizarán sus hogares solo para vida familiar y el descanso. ¿Usted qué opina?