La fusión de dos organizaciones
El autor es periodista con más de 30 años de experiencia en medios escritos y de Internet.
Para que dos organizaciones logren fusionarse y crear una sola, se requiere una empatía en sus fines y arrastrar en esa medida y empatar los diferentes ingredientes que la integran.
Se escribe fácil, pero no lo es.
No hay que confundir alianza con fusión.
La primera sirve para lograr metas específicas en un tiempo determinado que las hermanan, pero una vez cumplidos los objetivos suelen cada una regresar a su propio camino.
En cambio, para que se pueda dar una fusión se requiere poner sobre la mesa los intereses visibles y ocultos (estos últimos son los que suelen echar al traste dicha unión) pues en las negociaciones, se debe entender, ambas organizaciones deben ceder o perder un grado de poder.
Existen diferentes acepciones relacionadas con el concepto poder.
Hay quienes hablan de que entre sus características se encuentra la intensidad, dominio, rango y un largo etcétera de peculiaridades, pero al hablar de grado, se le otorga una facultad de medición, alcance y control.
Por ello utilizaremos tal concepto.
El hecho es que una fusión exitosa conlleva a establecer parámetros en los cuales ambas organizaciones ganan, es decir, no es que una absorba a la otra, sino que en el status organizacional ambas se complementen fortaleciendo la creación de una nueva entidad que tomará lo mejor de cada una.
Este tipo de fusiones no son comunes, pues por lo general el grado de poder de una se sobrepone a la otra, pero ello no significa que es lo más conveniente, pues por lo general los círculos viciosos y las fallas internas de ambas organizaciones suelen mezclarse y crecer en proporciones inconvenientes.
El dicho de que sólo el que carga el muerto sabe lo que pesa suele adecuarse a este ejemplo, es decir, los dirigentes de cada organización conocen a la perfección cuáles son sus flancos débiles, dónde se encuentran sus fallas, esas grietas que mal tratadas puede causar daños irreparables y aun así - ¿recuerda los intereses ocultos?- proceden a formalizar tal unión.
Existen especialistas en esto de las fusiones que suelen ser contratados por ambas partes para llevar a cabo tal disposición.
Incluso, son quienes estudian a las dos organizaciones y suelen dibujar lo que será la nueva entidad y proceden a ejecutar su plan de acción.
¿Qué es lo que demerita o lleva una fusión al fracaso?
De una manera simplona, pero a su vez profunda, podemos asegurar que es la lucha de egos de los propietarios, dirigentes y bandos medios que, naturaleza llama, siempre muestran reticencia a la novedad de los cambios y la sulfuración de ánimos es constante de tal forma que un esquema de sensibilización a esos niveles aporta apenas lo suficiente para que las puertas no se cierren.
Por ello la importancia de la negociación inicial, intermedia y final para que se establezca la mencionada fusión y la creación de la nueva nata de liderazgos, (con las nuevas características), procesos internos y externos, y sus respectivos manuales, manejo de los poderes fácticos en los que se incluye, en el caso de empresas el poder sindical, así como el enjuague jurídico legal que todo esto representa.
Y esto ocurre en todo tipo de organizaciones, desde las supra hasta las mini, incluyendo la familia que será un tema de análisis aparte junto con otro tópico interesante:
¿y si son tres o más las organizaciones a fusionar?
El autor es periodista con más de 30 años de experiencia en medios escritos y de Internet, cuenta con licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorado en Administración Pública.
Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de CEO, Consultoría Especializada en Organizaciones…
Cuando la unión de esfuerzos no es suficiente.
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