Salud y género en la formación universitaria

El 8 de marzo es un día para recordar y revisar los avances en los derechos de las mujeres. En este marco presentamos una reflexión sobre la necesidad impostergable de incorporar la perspectiva de género para el estudio de las diferencias (biológicas); y de las desigualdades e inequidades entre los géneros, en el proceso enseñanza/aprendizaje de las carreras de Ciencias de la Salud.

La Organización Mundial de la Salud considera como inequidades aquellas desigualdades en salud que son evitables por que se relacionan con las condiciones sociales, culturales, económicas y políticas en que viven y se desarrollan las personas.

Tienen que ver con la ética, la justicia social, y los derechos humanos. Cabe señalar que las inequidades entre los géneros tienen matices, y son más notarias de acuerdo con otros Determinantes Sociales de la Salud como la pobreza, la etnicidad, las crisis económicas y, la migración.

Así mismo, se han documentado sesgos de género en la atención sanitaria cuando se tratan de la misma forma hombres y mujeres como si no hubiera diferencias en las manifestaciones de las enfermedades cuando sí las hay, o como si hubiera diferencias cuando no las hay 1 . Los primeros reportes sobre estos sesgos fueron en los 1990s al documentarse menos esfuerzos diagnósticos y terapéuticos en las mujeres que llegaban a atenderse por infarto agudo al miocardio. Posteriormente se han demostrado sesgos de género en la atención de otras enfermedades, así como su persistencia en la atención cardiovascular de las mujeres, principalmente de las más jóvenes 2 . Lo que lleva a cuestionar el papel de la formación universitaria en la reproducción de los sesgos de

género.

Al hacer una revisión de la literatura científica encontramos reportes de diversos países y regiones -incluyendo Sonora- donde señalaban: 1) atención diferenciada en salud y en la interacción médico o médica- paciente y su género; 2) las creencias del personal de salud influyen en el trato que dan a las personas; 3) universidades y países que han incorporado la perspectiva de género en los planes de estudio, tienen resultados muy favorables en salud, con beneficios aun más notorios para los grupos discriminados de mujeres y de las personas LGTBTTTI+.

También reportaron que las dificultades y resistencias para implementar políticas de género en las Universidades tienen bases sociales y culturales como: a) la dificultad para reconocer que hay diferencias y desigualdades en salud relacionadas con los sistemas jerárquicos de géneros; b) la idea de que son temas de las mujeres; c) la resistencia al cambio de la enseñanza tradicional; d) la oposición a la inclusión del análisis sexo/género en todos los planes de estudio y, d) la necesidad de capacitar a la planta docente 3 .

Enfatizamos que los resultados exitosos muestran cómo la inclusión del estudio sexo/género en la formación universitaria enriquece la educación profesional, mejora la asistencia sanitaria, así como la salud individual y colectiva. Además, es importante incorporar políticas de género para hacer una mejor ciencia, mejorar la calidad de la atención en salud, y atiende a las metas de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas en materia de la Igualdad de Género.

DSC Lucero Aída Juárez Herrera y Cairo

Egresada de Maestría y Doctorado de El Colegio de Sonora

Docente investigadora de la Escuela de Ciencias de la Salud, UVM, campus Hermosillo

Bibliografía soporte

1. Ruiz-Cantero MT, Tomás-Aznar C, Rodríguez-Jaume MJ, Pérez-Sedeño E, Gasch-Gallén Á. Gender agenda in health sciences education: international experiences to reduce time in Spain. Gac Sanit. 2019 Sep 1;33(5):485-90.

2. Institute of Gender in Medicine. Charité University Medicine. eGender Medicine, an eLearning course. 2019.

3. Juárez-Herrera y Cairo L, Juárez I, Gómez Maqueo A. El análisis sexo/género en la enseñanza/aprendizaje de la medicina. El caso de las enfermedades cardiovasculares. Investigación en Educación Médica. Fac Med UNAM. 2021 Enero-Marzo; 10(37):78-87.