El fenómeno metropolitano un proceso irreversible

El fenómeno metropolitano un proceso irreversible, escribe María Alejandra Trejo Ortega en #FueraDeRuta.

La dinámica del crecimiento poblacional pone de manifiesto la tendencia avasallante de la urbanización mundial. En un informe realizado por la ONU se estima que, para el año 2050, 6 300 millones de personas vivirán en zonas urbanas, lo cual equivale al 70 por ciento de la población mundial. Se trata de un proceso de urbanización sin precedentes.

La expansión a pasos agigantados del territorio de las ciudades impone importantes desafíos en cuanto a la administración de estos espacios por parte de las esferas gubernamentales. 

Dada la magnitud de los problemas urbanos que en ellos se generan (dotación de servicios básicos, infraestructura, vivienda, etcétera) para los urbanistas resulta sumamente complejo equilibrar las necesidades de la población en los rubros anteriormente mencionados, con miras a garantizar la habitabilidad de las ciudades ante su crecimiento.

La dinámica del crecimiento urbano actual tiende a la metropolización, con la proliferación de ciudades que rebasan sus límites administrativos y que ejercen influencia sobre localidades vecinas. 

Se trata de regiones urbanizadas que se extienden a lo largo de varias circunscripciones administrativas a las cuales se les reconoce como zonas metropolitanas.

Si bien el ensanchamiento del territorio que comprende a las ciudades no constituye un fenómeno nuevo, su crecimiento ha sido una constante en el proceso de urbanización desde su forma más ancestral. La pertinencia está en la magnitud del crecimiento y la restructuración del espacio de la ciudad ante las exigencias de las nuevas necesidades del desarrollo, las cuales han variado en los diferentes momentos históricos de expansión de las ciudades. 

Según los datos que se muestran en el ejercicio de delimitación de las zonas metropolitanas de México 2010, elaborado por INEGI, CONAPO Y SEDESOL, el fenómeno metropolitano se ha intensificado: ahí se indica que 29 de sus entidades federativas cuentan con municipios integrados a las 59 zonas metropolitanas, conformadas a su vez por 367 municipios metropolitanos. Estas zonas representan el 56.8 por ciento de la población nacional, con un total de 63.8 millones de habitantes.

México manifiesta una tendencia de urbanización al alza, puesto que más de la mitad de su población se concentra en territorios metropolitanos. 

En el ejercicio de delimitación de las zonas que caen dentro de esta tipificación territorial, el estado de Sonora registró una zona metropolitana; la cual se encuentra conformada por las cabeceras municipales de Guaymas y Empalme.

Según se señala en el Programa de Ordenamiento Territorial de la zona conurbada de estos dos municipios en conjunto con la comisaría de San Carlos, su concepción como zona conurbada o metropolitana sólo formaliza la tendencia que han mantenido en cuanto a su dinámica urbana, puesto que desde el punto de vista funcional y territorial estos municipios pueden concebirse como un solo asentamiento humano. 

En el mundo, las regiones metropolitanas se están constituyendo como la forma preponderante de los asentamientos humanos; dicha tendencia para el caso de México no es la excepción. En el año de 1960 se registraron 12 zonas metropolitanas conformadas por 64 delegaciones y municipios metropolitanos; para el año 2010 se registraron 59 zonas metropolitanas compuestas por 367 de legaciones y municipios metropolitanos. 

En el entendido de que estas zonas se componen por ciudades centrales que se extienden y absorben pueblos o ciudades a su alrededor ¿Cómo se enfrentan los desafíos que estas estructuras territoriales sugieren en cuanto a cooperación intermunicipal se refiere? Ello constituye un asunto apremiante para la gestión pública de estos espacios, dado el letargo que hay en México bajo estructuras que anteponen intereses de color.

 

María Alejandra Trejo Ortega

Egresada del programa de maestría en El Colegio de Sonora