Avances del cambio de paradigma de Protección Civil a la Gestión Integral de Riesgos en México

El autor es Presidente Nacional del Colegio Mexicano de Profesionales en Gestión de Riesgos y Protección Civil, A.C. 

En 2012 se publica la Ley General de Protección Civil en atención a los acuerdos internacionales del Marco de Acción de Hyogo, a los pocos años, con el cambio de paradigma en el Marco de Sendai la normatividad mexicana queda desarmonizada, por no decir obsoleta y, aunque tuvo sus reformas, la última de 2020, se dio un gran retroceso con la abrogación del FONDEN.

A casi 10 años de creada la norma urgía su actualización, sin embargo, diversos actores apostaron por una nueva Ley que no ha prosperado y desde 2019, en la práctica quedamos en un limbo jurídico dado que las normas locales no prosperan su actualización por la incertidumbre de una vida útil limitada ante el desgaste político que representa elaborar o reformar la norma.

Tenemos ejemplos exitosos como la inclusión de la GIRD en las Constituciones Locales de la Ciudad de México y Chiapas. El caso de la Ley de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de la Ciudad de México es peculiar, a pesar de contar en 2019 con un instrumento jurídico vanguardista que pudiera ser ejemplo para otras entidades; intereses muy ajenos a la reducción de riesgos le hace reformas importantes que seguramente en el corto plazo tendrá consecuencias negativas.

Sonora no es la excepción del rezago con un marco jurídico cronológicamente desarticulado a nivel estatal y particularmente desarmonizado con el contexto municipal. Tampoco se puede hablar solo de retrocesos, a pesar de las piedras en el camino y a veces de gobiernos que se resisten a la transparencia y la participación activa de la sociedad, México sigue con esfuerzos aislados luchando por mantenerse vigente en el tema de la GIRD, y para ser lo más objetivo posible realizo una comparativa con las acciones a nivel Nacional y Local que promueve el Marco de Sendai en cada una de sus Prioridades: 1. Comprender el riesgo de desastres (15/12/0); 2. Fortalecer la gobernanza del riesgo de desastres para gestionar dicho riesgo (11/6/0); 3. Invertir en la reducción del riesgo de desastres para la resiliencia (17/7/0) y 4. Aumentar la preparación para casos de desastre a fin de dar una respuesta eficaz y reconstruir mejor en los ámbitos de la recuperación, la rehabilitación y la reconstrucción (16/15/7), el paréntesis representa (acciones Sendai programadas / acciones realizadas por algunas entidades / acciones realizadas por otras entidades).

Esto viene a visibilizar varios aspectos relevantes; primero que en lo local no se conoce y no se le otorga importancia al instrumento rector internacional para la reducción de riesgos de  desastres, segundo, que la palabra “resiliencia” ha sido sobre explotada y no se le vincula al proceso de la gestión integral del riesgo y cuando sucede, se hace para minimizar desde la esfera política, las variables de exposición y vulnerabilidad como principales factores del riesgo y, tercero, el Sistema Nacional de Protección Civil, ofrece mucha resistencia desde lo local para  permanecer en el enfoque reactivo.

Debemos entonces aceptar que el Sistema Nacional de Protección Civil en la práctica se encuentra desarticulado visibilizando importantes brechas de desigualdad en sus capacidades, que no necesariamente se encuentran vinculadas al nivel socio económico y presupuestal de cada entidad federativa, sino a la voluntad política de los gobiernos locales y a las capacidades en el sentido amplio, de los titulares de las dependencias estatales y municipales.

El autor es Presidente Nacional del Colegio Mexicano de Profesionales en Gestión de Riesgos y Protección Civil, A.C.