Administración del tiempo

El autor es empresario independiente, licenciado en Administración de Empresas, con Maestría en Negocios Internacionales.

Cuántos de nosotros tenemos tan ocupado el día que pensamos no podemos hacer nada más: está tan cargada nuestra agenda que incluir un sólo compromiso más sería descontrolarnos o dejar

de hacer lo que supuestamente debemos realizar para lograr el objetivo diario, pero, ¿cuántos de nosotros hemos detenido un momento nuestro caminar para pensar realmente si lo que estamos

haciendo es productivo, nos está llevando a algún lado o simplemente lo hacemos porque la rutina se nos ha hecho costumbre?

Pensamos que pronto llegaremos a nuestros objetivos empresariales y de vida que estamos buscando y que cosecharemos ese fruto buscado con gran interés.

Nuestra vida es vertiginosa, cambiante, modificable, razón por la cual nos queremos hacer multifuncionales y abarcar lo más posible en el día, pensando que, como llegamos exhaustos al cierre, hemos cumplido cabalmente con todos los compromisos contraídos y más aún, hemos dado pasos firmes en nuestro caminar exitoso.

¿Quiénes de nosotros agendamos qué hacer el día siguiente, qué plan debemos tomar, qué procesos son primero y qué posteriores? Los peritos del tema establecen que debemos ser muy

específicos en determinar desde un día antes los puntos que debemos llevar a cabo para realmente ser eficientes y eficaces y realmente seguir ese plan lo más cercano posible, porque cualquier desviación que tengamos será posiblemente una ruptura de nuestra agenda.

No hablemos de cargar todo el día de compromisos empresariales, hablemos de la importancia de despertar, orar (para aquellos que su fe así se lo permita), hacer ejercicio, alimentarse e iniciar las labores correspondientes.

Siempre debe existir un balance entre el ser y el hacer de cada quien. No puedes pedirle al cuerpo que no falle cuando no lo alimentas de forma física y espiritual, así que hay que poner atención en ese aspecto también.

Distractores, existen gran cantidad de distractores en nuestras vidas: cosas tan insignificantes que a veces ni siquiera las percibimos y nos desvían totalmente de nuestro objetivo, nos hacen perder un tiempo importante y no por lo que dura el evento, sino porque después de interrumpir una acción y querer retomarla de nuevo, se requiere de un tiempo adicional para volver a encausar las ideas.

Las redes sociales ,en nuestro tiempo están establecidas como el principal distractor; la gente puede pasar horas navegando en ellas sólo viendo o compartiendo cosas que la verdad no llegan a ningún lado y que muchas veces son para alimentar nuestro ego.

Las redes sociales pueden ser una herramienta útil para nosotros, sin duda, sólo hay que saber cómo aprovecharlas a nuestro favor y no en nuestra contra, aunque no nos demos cuenta.

Por último, de forma rápida, hablaré sobre algo que ya habíamos visto en semanas atrás: cómo establecer nuestras prioridades. Debemos empezar por las cosas urgentes después con las importantes pero no urgentes, seguimos con urgentes pero no importantes, y por último no urgentes y no importantes.

Puedes hacer en un cuaderno un cuadro y establecer tus prioridades y te aseguro que al final del día tendrás ese tiempo adicional  que según tu no existía aún si el día durara 48 horas.

El autor es empresario independiente, licenciado en Administración de Empresas, con Maestría en Negocios Internacionales.

fsgalvez@prodigy.net.mx