El meme Bernie Sanders y la manipulación en redes

El autor es director de Grössman Beyond Marketing y de Grössman Health. Consultor en comunicación. Escritor y conferencista.

“La manipulación mediática hace más daño que la bomba atómica, porque destruye cerebros”, ha dicho Noam Chomsky, y lo estamos viendo con la explosión que se ha dado en las redes gracias al meme que le han elaborado al Senador Bernie Sanders.

Si usted, querido lector, no está familiarizado con lo que hablo, permítame ponerlo en contexto. El senador Bernie Sanders, por Vermont, es un ferviente defensor de los salarios justos y un excandidato presidencial que perdió la nominación demócrata frente al ahora presidente Joe Biden.

Y gracias a sus prácticas elecciones de vestimenta también es ahora el centro de una aparentemente interminable avalancha de fotos alteradas que dominaron algunos rincones de Internet en las horas posteriores a la investidura socialmente distanciada de Biden el miércoles de la semana pasada.

En medio de los trajes oscuros y los abrigos brillantes que salpicaban la escalinata del Capitolio, Sanders fue fotografiado sentado con una mascarilla, con las piernas cruzadas y envuelto en un voluminoso abrigo y guantes contra el gélido clima de Washington, DC. Poco después, la imagen, tomada por el fotógrafo Brendan Smialowski para Getty Images, comenzó a circular por las redes sociales insertada en una amplia gama de fotografías y escenas de películas y obras de arte.

En un día en el que todo giraba en torno a Biden, resultaba en cierto modo apropiado que Sanders, cuyo mayor apoyo político en la carrera presidencial procedía de los votantes jóvenes, fuera el protagonista del mayor meme del día al no hacer otra cosa que sentarse y cruzar los brazos.

En las elecciones primarias, Sanders disfrutó de un número de seguidores en línea significativamente mayor que Biden, especialmente entre aquéllos que suelen comunicarse a través de memes.

Aunque el día pertenecía a Biden, el meme sirvió como un divertido espectáculo, un poco de diversión y frivolidad después de cuatro años en los que la política presidencial trajo a los seguidores de Sanders pocas razones para estar de buen humor.

Quizás fue por su lenguaje corporal al estar tan evidentemente separado de la celebración y de las selfis, pero Internet ha encontrado tan graciosa esa imagen que en 24 horas el nombre de Bernie Sanders se convirtió en tendencia mundial y lo han insertado en el sillón de Juego de Tronos, en la mañanera con AMLO, junto a las chicas de Sexo en la Ciudad, en el restaurante de Pulp Fiction y hasta en el cuadro de La Última Cena de Leonardo da Vinci.

En pocas horas Bernie Sanders llenó los espacios de conversación digital y por algunas horas la atención de las personas se enfocó en lo divertido del personaje. Pero aquí viene lo cuestionable cuando convertimos en tendencias, comunicaciones, imágenes y voz para cambiar la percepción sobre un hecho o acontecimiento.

Noam Chomsky elaboró una serie de principios para la manipulación mediática, que ahora con las redes sociales es más fácil cumplirlos.

El principio de la distracción.-

Este principio está estrechamente relacionado al bombardeo informativo que existe en la actualidad. Somos consumidores de noticias, pero no retenemos nada. Esta pauta la marca el Gobierno y los medios de comunicación, cuando en realidad, muchas veces creemos que somos nosotros quienes decimos qué ver y leer.

El fenómenos de las redes sociales ha sido uno de los causantes de la aflicción hacia lo realmente importante, y nosotros somos esa esponja que pasa horas frente a una pantalla de celular.

Además, este aparato, es el causante de la pasividad y poco interés que podamos tener ante las amenazas reales del mundo, como por ejemplo el cambio climático, las guerras, la pobreza y el decaimiento económico que existe en la actualidad.

Es a lo que Noam Chomsky se refiere: ¿cómo es que tenemos tanta información, pero sabemos tan poco? Mientras menos razone, piense y reflexione la sociedad, mayor será el control.

En todo el mundo, las agencias gubernamentales y los partidos políticos están explotando las plataformas de medios sociales para difundir noticias basura y desinformación, ejercer censura y control, y socavar la confianza en los medios, las instituciones públicas y la ciencia.