Urbanismo Humanista

El autor es Arquitecto y Maestro en Valuación Inmobiliaria e Industrial. Estudios en Administración de la Construcción, Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial, y Diplomado en Protección Civil.

¿Cómo podemos considerar el urbanismo?, no se puede considerar como una ciencia exacta por la gran cantidad de enfoques interdisciplinarios, por lo que podemos encontrar infinidad de conceptos y definiciones del tema.

El sentido real de esta disciplina, lo podemos abreviar como el ordenamiento del medio urbano para el mejor desarrollo del ser que conforma el entorno social, es decir, el ser humano, modificando su entorno natural por uno artificial, es decir, la ciudad.

La ciudad, así, es un lugar de contrastes, un lugar de diversas actividades, donde se trabaja, se estudia, se divierte y se aprende, donde se encuentra todas las clases sociales e ideologías. Es por excelencia el lugar de intercambio y consumo de bienes y servicios, y también la forma más representativa del sistema económico (Ana Gardey, 2010).

Ahora, tenemos una serie de leyes, normas y reglamentos, desde el nivel federal, estatal y municipal, que de una u otra manera, emiten los lineamientos a seguir en donde se busca garantizar el derecho a la ciudad, equidad, uso eficiente del suelo urbano, proteger los sistemas naturales, tener una visión prospectiva de los fenómenos perturbadores, sustentabilidad y resiliencia entre otros.

Pero la realidad nos refleja crudamente que el crecimiento actual de las ciudades es incontrolable, el movimiento migratorio de personas a las zonas urbanas ha concentrado la población en nuestro país hasta un 70% en zonas urbanas.

Los programas y planes de desarrollo urbano son rebasados, generando problemas económicos y sociales, los cuales son palpables a simple vista en las ciudades que habitamos.

Ese crecimiento desmedido va de la mano con la creación de barrios pobres, con personas en condiciones de vida insalubres, en zonas de riesgo, hacinadas, sin seguridad de tenencia de sus viviendas y de la tierra, así como con mayores disparidades, desigualdades y discriminación.

EL futuro no es muy prometedor en las próximas décadas, buena parte del crecimiento demográfico en México será urbano. Esto significa que el país pasará de contar con 384 ciudades a 961 en 2030, en las que se concentrará 83.2% de la población nacional y en donde muy probablemente, sea la población pobre la que predominará. (Fuente: ONU-Habitat, 2017).

Después de lo anterior, expuesto en una forma breve, ¿Qué enfoque debe de prevalecer en la aplicación del ordenamiento territorial y desarrollo urbano: el social, centrado en las actividades económicas, sociales y ambientales; o el enfoque en el entorno y la morfología de la ciudad?

El primer enfoque, ha sido prioritario en su aplicación por parte de las entidades responsables de los mismos, eso nos deja de lado la parte de la morfología y su instrumento correspondiente: el diseño urbano.

Ahora, estamos creando entornos material-económicos que están alejando al ciudadano de su parte humana, entornos y sistemas que lo conducen a ser del sistema productivo, un engrane más de la maquinaria, todo con el fin de que el sistema económico funcione.

Últimamente, el urbanismo del siglo XX se preocupa cada vez más de establecer o ejecutar políticas de servicios públicos y de proporcionar estos servicios.

Recordemos que las ciudades son entornos que influyen en la psique de las personas, en sus emociones y sus comportamientos.

¿Qué ciudadanos están surgiendo de estos entornos?, ¿Mejores personas que manifiestan lo mejor de sí para la sociedad en que vivimos?, ¿Mejores humanos?

En los siguientes artículos, analizaremos en forma constructiva los conceptos aquí vertidos, como un ejercicio de reflexión y conciencia social para nuestro bienestar.