Navidad del fatídico 2020

El autor es Internacionalista. Maestro de Relaciones México-USA y de Negocios Internacionales en la Universidad de Sonora.

En estos días de espíritu navideño y paz, celebrando Navidad en familia, se agudizan tragedias de enfermedades, resurgen problemas de violencia y empeora escasez de medicinas, vacunas

y alimentos en el mundo. La consabida pandemia del Covid tiene postrada a la humanidad. Aquí, más de 210 mil contagios en diciembre, la economía generadora del 25% de la producción nacional parada por semáforo rojo, revive amenazante guerra entre los Estados Unidos e Irán, y guerras del narcotráfico.

Por esto, de nuevo es pertinente reiterar e insistir en realidades de mucha gente pobre que contrastan con una rica política de armamentismo. Como reflexión navideña, debemos saber que de los casi 8 mil millones de habitantes en el mundo, 2 mil millones sobreviven en pobreza. Considerando estas cifras, veamos que los mexicanos somos 171 millones, 130 vivimos aquí, 40 millones en Estados Unidos y un millón en el resto del mundo. Sonorenses somos casi 3 millones y en Hermosillo un millón; 2 mil millones de pobres son muchísima gente que intenta sobrevivir en su terrible situación de enfermedad y escasez.

Empero, la humanidad asigna mayores recursos a las armas en lugar de disminuir la alarmante pobreza. A nivel mundial, el armamentismo llega a niveles de riesgo para todos. La militarización de los gobiernos crece, y la paranoica obsesión por armas aumenta los presupuestos para defensa hasta rebasar un millón de millones de dólares en el mundo.

De este monto, 300 mil millones son para aumentar el arsenal de armas nucleares, no sólo en países ricos, sino en pobres como India, Paquistán, Irán y Corea. Aunque usted no lo crea, a cada ser humano, 8 mil millones, le tocaría una tonelada de explosivos por persona, pero según la ONU-FAO, 2 mil millones en el mundo no tienen un kilogramo de comida y sobreviven con un dólar diario.

El gasto mundial en actividades militares sobrepasa los ingresos de 90 países pobres. Con los presupuestos para guerra el mundo mantiene a 40 millones de soldados, pero sólo hay 30 millones de

profesores y sólo tenemos 6 millones de médicos.

Países pobres con ingreso por habitante de un dólar diario, los últimos 10 años gastaron 855 mil millones de dólares en sus ejércitos, y no tienen dinero para comprar comida ni apoyar a productores.

 

Organismos internacionales estiman que la humanidad gasta 1,000 veces más en actividades militares que en producir comida; gastamos 500 veces más en armamento que en vivienda; 200 veces más en ejércitos que en salud, y 100 veces más en acciones militares que en educación. Así, el mundo, como lo hemos reiterado, gasta mucho más en las guerras que en aminorar la pobreza. Por ejemplo, Estados Unidos gasta mil millones ¡diarios! en acciones bélicas en el extranjero. Hay más de 330 millones de armas de fuego en hogares, pistolas o rifles al alcance de todos.

Las masacres ilustran que su armamentismo salió de control y su pobreza aumenta. Estados Unidos enfrenta graves problemas de nutrición, salud, empleo y seguridad social, pero gasta más en armas que en mejorar la calidad de vida. México también aumenta presupuesto para militares, pero reducimos el de educación, salud y universidades. Ahora ¿imaginan por qué hay hambre, enfermedad, pobreza y guerras en el mundo? Por esta irracional economía del armamentismo cuya mafia controla la economía mundial junto con mafias financieras, de alimentos, petróleo y medicinas.

Así que, para resolver esta situación de ignominia, incrementemos esfuerzos internacionales de mediación y negociación, para lograr la anhelada paz navideña.

¡Feliz Navidad! Dios quiera que tengamos un mejor año 2021.