El día que ‘El Komander’ venció a The Beatles

El autor es escritor, capacitador, networker, conferencista y life coach en SB3.

En mi columna anterior dejé una tarea, y mencioné que ésta iba a ser como una Parte 2. La tarea era analizar mi frase “La versatilidad ante lo irrelevante, aporta felicidad”, ya

que hablamos sobre la intolerancia.

La frase hace referencia a que, si eres una persona de mente abierta ante las cotidianeidades, puedes ser más feliz.

El tema musical es muy ad hoc para hablar de este tema, pero cabe mencionar que aplica para todo.

Y no me importa qué tipo de música te gusta, creo que podrías aceptar que no todas las canciones de ese género son buenas, y que no todas las canciones de los géneros que no te gustan, son malas.

Pero cuando hay intolerancia, se generaliza y se ofende. Uno de los grupos más queridos son los Beatles. No es exagerado decir que esta banda está entre las mejores de todos los tiempos. Y en el otro extremo, uno de los géneros musicales más atacados son los narcocorridos, y dentro de los cantantes de este género, uno de los que se lleva más “hate” es Alfredo Ríos “El Komander”.

Así que se puede decir que, para muchas personas, los Beatles son considerados lo mejor entre lo mejor, y “El Komander”, lo peor entre lo peor.

Si alguien preguntara que si quién es mejor, los Beatles o “El Komander”, probablemente la mayoría respondería que los Beatles son 100% mejores, pero el decir “100%” es una generalización. Así que vamos a tomar como ejemplo la canción “Love me do” de los Beatles, y la canción “Descansa mi amor” de “El Komander”.

Si puedes, escucha ambas, pon atención a la música, a la letra y al sentimiento que despiertan en ti.

¿A poco no es mucho mejor la de “El Komander”?

Y podemos poner más ejemplos, pero una sola excepción acaba con la generalización. Y la verdad, ¿qué tanta relevancia puede tener el querer demostrar que un género es mejor?

Al discutir sobre esos temas no se gana nada, y sí se pierden tiempo, energía, enfoque y hasta amistades, oportunidades e incluso felicidad.

Y todas estas pérdidas, serían ganancias si sólo tuviéramos un poco de versatilidad ante lo irrelevante.

En alguna columna mencioné que mi postre favorito es el chocolate, pero no por eso voy a atacar a quienes prefieran la vainilla o la fresa. De hecho me gusta que haya personas que prefieran otros postres, ¡más chocolate para mí! Aparte, a pesar de mi favoritismo, he probado postres de chocolate que no son tan ricos, y he probado postres de vainilla y de fresa que han estado deliciosos.

Si fuera intolerante en algo tan irrelevante como esto, me perdería de esas delicias.

Y al ser intolerante a lo irrelevante de la vida, que son la mayoría de las cosas, perder delicias sería la menor de las preocupaciones.

PD. Pásenle esta nota a “El Komander”, que se moche con un billete el pariente por esta publicidad (broma).