Hablemos de salud y nutrición… para variar

El autor es Licenciado en Nutrición, escritor literario y asesor de capacitación por la Secretaría de Previsión Social.

Hablar de salud, y sobre todo de nutrición, siempre será un tema repetitivo, sobre todo cuando no existen cambios sociales e institucionales en los principales indicadores de mortalidad.

Por lo general, leo columnas, textos de nutrición y al final todo se resume en recomendaciones para cambiar tus hábitos de alimentación, y como tal, una mejor calidad de vida.

Como mencioné siempre es repetitivo, sólo cambia el autor.

Por otro lado, hablar de salud es indagar específicamente en un tema con bases científicas, bibliografía que te sustente.

Quienes conocen mi manera de actuar, pensar y escribir, saben que no me dedico ni ha dar recomendaciones ni buscar arreglar tu estilo de vida como tal con consejos, me dedico a cuestionar el actuar político, social, moral de la sociedad, en buscar mejorar su calidad de vida, en buscar cambiar su estrato socioeconómico, y en el aspecto de salud, en la poca y nula importancia que se le da a la cantidad de enfermedades crónico-degenerativas que se llevan la mayor parte del Producto Interno Bruto de este país enfocado en lo curativo y no en lo preventivo.

Hoy la tendencia diaria es el número de nuevos contagios y muertes por Covid en un país que nunca se tomó en serio una pandemia, hoy México es reflejo de lo que dejó de hacer, en sus 3 niveles de Gobierno y en la conciencia de cada uno de sus ciudadanos, hoy se minimizó el hecho de que este país tiene deshonrosamente los primeros lugares de obesidad en adultos y niños a nivel mundial, que diabetes, hipertensión, en el 29% de los casos están ligados a las primeras comorbilidades; que el cáncer cada día tiene más repunte por la pésima alimentación; que estado por estado no existen programas preventivos ni la ciudadanía se interesa en conocer su salud.

Como ya he mencionado en otras ocasiones, como los problemas del sobrepeso y obesidad no presentan signos y síntomas inmediatos, simplemente no se le da importancia en México.

Cuando realmente se le da importancia a algo, tanto por instituciones de salud como por la ciudadanía en general, es cuando te da un primer infarto o evento cerebrovascular, que te irán dejando secuelas de por vida, si es que tienes la oportunidad de contarla.

Es triste escuchar las pláticas dentro del medio hospitalario y darse cuenta de que la mayoría de quienes hoy fallecen de Covid-19, tenían una baraja de enfermedades crónicas descontroladas que saliendo del hospital, simplemente con voltear a tu alrededor se cumple con la estadística de que 7 de cada 10 mexicanos sin importar sexo o edad tienen sobrepeso y obesidad.

Es triste y da coraje cómo somos una sociedad ciega que no quiere cambiar.

A veces creo que al mexicano simplemente no le importa su salud, su estrato social, su economía y simplemente acepta donde está y no busca mejorar.

Hoy veo cómo profesionales de todas las áreas de salud saturan sus cuerpos con esfuerzo y dedicación por gente que nunca cuidó de sí misma ¿De verdad creen que eso es justo?.

En la vida no hay buenos ni malos ni blanco y negro, pero al ver cómo la gente idolatra más a “influencers” que se hacen famosos por generar contenido vacío, que a profesionales de salud que tienen todas las herramientas para cambiar la calidad de vida, no de una persona ni de una familia, sino de una sociedad entera, te das cuenta del nivel de cultura y comprensión de esta sociedad.

Hoy, México es reflejo de sus acciones, de décadas de atraso y rezago social, de malos manejos de gobiernos estatales, municipales y federales, de falta de programas de promoción y prevención de enfermedad, pero al final cada quien es responsable de su cuerpo y mente.

Hoy todos tienen acceso desde su celular a dejar las cinco horas que pasan en redes sociales a buscar las soluciones para mejorar su salud, a ir a consulta preventiva, de nutrición, Psicología, Medicina Preventiva, acceso a lugares deportivos y esparcimiento, pero pues al final, la realidad es otra.

El autor es Licenciado en Nutrición, escritor literario y asesor de capacitación por la Secretaría de Previsión Social.