El secuestro

La autora es Licenciada en Psicología.

Toda la vida se han registrado secuestros en todas partes del mundo; sin embargo, ahora con el Internet y las diferentes redes, estamos más enterados de la sustracción de personas, incluso muchas ni se mencionan en las noticias.

Por diversas razones, la sociedad está viviendo actos violentos y agresivos más frecuentemente, secuestros y asesinatos, pero, ¿qué pasa con las familias? ¿cómo viven esta situación de pérdida?

El secuestro es una experiencia inesperada que amenaza la integridad física del individuo, que desafía las formas habituales de manejo del entorno y genera una respuesta de horror, temores, desesperanza y se convierte en un evento traumático.

Durante el momento del secuestro las familias empiezan a vivir diferentes situaciones, primero porque no saben qué está pasando realmente ni por qué. Esta confusión en un principio puede llegar a desorientar tanto que si no se tiene el apoyo necesario, se cometan muchos errores con respecto a la vida del secuestrado.

La tensión que experimentan cuando llega la información de que efectivamente su familiar está secuestrado, les crea un licuado de emociones.

Cuando llega el momento de empezar a negociar con los secuestradores los lleva a otras etapas de ansiedad y terror.

Cada segundo que pasa el familiar lo va viviendo de manera diferente de acuerdo con el nivel de intimidad que tenga con la persona secuestrada y las herramientas emocionales con las que cuenta.

Las familias requieren apoyo de diferentes formas, sobre todo si no se llega a la liberación del familiar, ya que sus vidas toman otro giro y algunos quedan con secuelas al perder la confianza en el entorno, además del familiar.

Se requiere tiempo y un trabajo multidisciplinario para lograr recuperar una vida tranquila.

Es importante acudir a terapia psicológica, psiquiátrica, incluso a masajes terapéuticos.

La vida cambia para todos, sin incluir a la persona que fue secuestrada que si logra su libertad, el proceso es diferente pero, obviamente, también necesitará mucha ayuda.

Es importante hacer una red de apoyo para poder estar hablando de lo que pasó, entre más lo digas, más fácil será ir viviendo el duelo; muchas personas sienten que perdieron algo muy importante en sus vidas, como la ilusión, confianza y lo más importante, hay casos donde si llegan a perder a su familiar, y si tienen la suerte de encontrar el cuerpo, da la tranquilidad de tener por lo menos un cuerpo físico para llorarle y darle sepultura, pero, cuando el cuerpo no aparece, tardan años en poder procesar el duelo y en algunos casos jamás logran descansar buscándolos o soltar a la persona fallecida.

Es un tema doloroso y muy delicado, sin embargo, es importante como comunidad apoyar a las personas que han perdido a sus familiares y poder ser empáticos.

Apoyarlos cuando nos enteramos que andan buscando al familiar o incluso acompañarlos en caso de que encuentren el cuerpo.

La vida nos pone a todos en situaciones de riesgo y no siempre logramos superar pérdidas que surgen de manera inesperada.

Perder a un hijo, hija, esposo, esposa, cualquier familiar en estos casos, puede llevar a la locura a cualquiera.

Por eso, es importante cuidarnos e identificar los eventos que pueden ser riesgosos y hacer redes de apoyo.

La autora es Licenciada en Psicología.

Tiene maestría en Terapia Gestalt.

psic.gladys12@gmail.com