Mejora de la vivienda social con las reformas a la Ley del Infonavit

El autor es abogado litigante.

La reciente iniciativa de reforma a la ley del Infonavit, pendiente de su discusión y aprobación, contiene cambios elementales y sustanciales; en gran medida encaminados a eliminar los intermediarios entre el Instituto y el trabajador, otorgando directamente el crédito o los recursos al acreditado.

Destacan las modificaciones a los siguientes artículos:

  • Se reforma el artículo 3 para que los trabajadores puedan usar su dinero de la subcuenta de vivienda para comprar un terreno o suelo para construir su casa.
  • Se reforman los artículos 41 y 50 para agregar el derecho a recibir el monto de su crédito directamente y sin intermediarios.
  • Se reforma el artículo 42 para que puedan:

  1. a) Usar su crédito para comprar un terreno o suelo
  2. b) Construir su casa en un terreno de su propiedad
  3. c) Pagar pasivos relacionados con vivienda
  4. d) Refinanciar un crédito ya adquirido con alguna otra institución financiera.

  • Los artículos 43 y 47 se modifican para:

  1. a) Armonizar la ley y que todas las garantías ya existentes para la compra de una casa a través de un crédito también existan en el caso de que se quiera comprar un terreno o suelo.
  2. b) No limitar a dos el número de créditos que puede adquirir un trabajador durante su vida laboral.

El Infonavit ya no pagará a las empresas o personas el monto para adquisición de una propiedad, sino que depositará directamente el recurso al solicitante del crédito para que sea libre de elegir entre adquirir; una casa, un departamento, un terreno, autoconstruir, remodelar, pagar pasivos hipotecarios o refinanciar un crédito.

Como toda lógica de mercado, al entrar mayor competencia en el desarrollo habitacional, se espera que los últimos beneficiados sean los trabajadores, estando en posibilidad de adquirir mejores propiedades a mejor precio, inclusive el sector bancario puede financiar terrenos para posterior construcción mediante crédito Infonavit.

Es de conocimiento general las graves carencias de las viviendas sociales en nuestro país; tanto en tamaño de la construcción, calidad dudosa de los materiales de fabricación, distancia de los centros de trabajo, relación costo-beneficio de las viviendas, etc. La muy baja calidad de la así denominada vivienda social, aparejada con las muy pocas rutas de acceso –problemática que atañe a otras instancias gubernamentales-, acarrean graves problemas de salud e incluso de seguridad pública. El crecimiento de estos núcleos de población en gran medida es un reflejo de la muy escasa opción que tienen los trabajadores de menores ingresos de adquirir una vivienda digna y funcional.

Actualmente es práctica común en promotores de desarrollos inmobiliarios acudir a los centros de trabajo, conociendo previamente cuánto dinero tiene ahorrado una persona en su cuenta de Infonavit. Muchos son engañados diciéndoles que “les toca” comprar vivienda en un determinado lugar, casas que como previamente se comentó, son de muy baja calidad y a un costo elevado (tomando en consideración el tamaño y calidad de la construcción); sin embargo, al no contar con mayor cantidad de opciones en el mercado, sumado a la gran desinformación en el tema y la enorme necesidad de adquirir vivienda propia, no queda otra opción más que adquirir un hogar que está muy lejos de cumplir con las mínimas condiciones para el desarrollo personal y familiar.

Al ser el trabajador directamente acreditado, resulta sumamente necesario que existan mecanismos suficientes para garantizar que el trabajador utilice el crédito o los fondos a su disposición para los fines solicitados y no desvirtuar la finalidad de estos recursos, igualmente debe ir aparejado de una adecuada recuperación de cartera vencida, debiendo en todo momento garantizar la liquidez del Infonavit, sin dejar de tomar en cuenta la naturaleza de crédito social, con amortizaciones acordes al mercado laboral y facilidad de reestructurar pasivos.

Esperemos al corto plazo se vean reflejados los beneficios que se esperan tanto en el sector laboral al mejorar la calidad de sus viviendas, así como en el desarrollo y evolución del sector inmobiliario orientado a la vivienda social.