Construcción de alianzas

El autor es Presidente Nacional del Colegio Mexicano de Profesionales en Gestión de Riesgos y Protección Civil, A.C.

Una de las claves de la resiliencia para afrontar una crisis, es hacer alianzas mediante la construcción de relaciones con otras personas u organizaciones.

La construcción de alianzas son asociaciones de dos o más personas u organizaciones que comparten los mismos valores y objetivos, lo que permite, entre otras cosas, acotar mayores riesgos y promover el crecimiento mediante el trabajo colaborativo para enfrentar cualquier situación adversa al sumar esfuerzos con alto grado de compromiso y corresponsabilidad personal y de equipo.

Existen varios tipos de alianzas estratégicas, generalmente se originan entre personas u organizaciones que comparten el mismo sector, incluso se dirigen al mismo universo para compartir y sumar información, conocimiento, tecnología, equipos, productos o servicios; aunque no siempre es así, también existen alianzas de aquéllas que no comparten sector ni mercado, pero que se unen para desarrollarse o para optimizar procesos bien definidos que son especialidad de las partes.

Para crear alianzas estratégicas es necesario analizar qué acuerdos son de mayor importancia para el crecimiento personal u organizacional pensando en objetivos de largo plazo, y diseñando una estrategia para concretarla identificando las actividades que agregan valor y que podemos aceptar que sean realizadas por otro.

Además, como mencioné anteriormente, debemos aliarnos exclusivamente con aquéllos que tengan la misma cultura para poder dividir sin problemas y de forma equitativa, los proyectos y actividades comunes para hacer más eficientes los recursos disponibles y preferentemente hacer más de una alianza para poder tener opciones y alternativas.

Una vez que realizas las alianzas, establecer acuerdos precisos sobre la toma de decisiones estratégicas de acuerdo con las participaciones individuales, evaluar constantemente dichos acuerdos para verificar si los objetivos se es- tán alcanzando y los beneficios reales que arrojan, incluyendo en éstos los conocimientos que se adquieren.

El desafío de las alianzas es que sean administradas de manera eficiente, para evitar caer en confrontaciones en el corto y mediano plazo, y ello lo vamos a lograr estableciendo desde el origen una negociación de forma correcta, con ética y honestidad para que las partes que la integran puedan sincronizar su participación en los acuerdos signados.

Reitero, los acuerdos tomados deben ser monitoreados permanentemente no sólo para verificar que el propósito de la alianza estratégica se cumpla, sino para que se respeten las contribuciones que cada parte ofreció aportar, reconociendo siempre la importancia de la integridad en el correcto flujo, intercambio y uso de la información que en ocasiones tendrá carácter confidencial.

Cuando se celebra una alianza estratégica, las partes deben trabajar hacia su interior para que el equipo de trabajo de cada una se sumen a implementar el propósito del acuerdo y, por último, también es importante definir desde la iniciativa el establecer en qué períodos las partes deberán verificar y reconsiderar la viabilidad de la alianza celebrada.

“Hay que unirse, no para estar juntos, sino para hacer algo juntos”: Juan Donoso Cortés.

El autor es Presidente Nacional del Colegio Mexicano de Profesionales en Gestión de Riesgos y Protección Civil, A.C.