¿Qué haríamos sin suficientes restaurantes?

El autor es Campeón Nacional de Parrilladas 2017.

Entiendo que Sonora no es Oaxaca ni Puebla ni la Ciudad de México para disfrutar de una enorme gastronomía mexicana e internacional; pero lo que tenemos es lo que hay, y lo que hay está en peligro a causa de las medidas de protección que son necesarias.

Muchos restaurantes, carretas, food trucks y demás puestos ambulantes están desapareciendo por quiebra o cerrando para abrir después de la tormenta.

Pocos valientes están invirtiendo en poner un restaurante.

Mi propio sueño de un estilo nuevo de cocina con el fuego está viendo morir sus brasas.

Cada restaurante o puesto que cierra es una alternativa menos y cuando el que cierra era un lugar importante, de tendencia o de gran tradición, es como ver morir a una estrella, quedan muchas, pero nunca una como esa.

Esta nueva realidad, sin embargo, nos obligará a reconfigurar el concepto del negocio de comida para adaptarlo a esta nueva vida de madriguera, pero mientras la genialidad de los emprendedores se pone en oferta, sólo hay un poder que puede evitar que sigan muriendo al menos los que deben sobrevivir, los importantes, los diferentes o los de gran tradición.

Sólo es necesaria la acción de un elemento para que no nos quedemos sólo con opciones de comida rápida y chatarra, ese poder eres tú, el consumidor.

A todo el consumidor:

Solo tú tienes el poder de salvar a la industria restaurantera de la cual dependen cientos de miles de empleos en Sonora.

Sólo tú tienes el poder de evitar que mujeres y hombres rudos, diestros y humildes lleguen a casa sin trabajo.

Sólo tú tienes el poder de que los sueños de muchos de nosotros se hagan realidad para traerte algo nuevo.

Sólo tú, visitando a sana distancia, recogiendo tu pedido o pidiendo por aplicaciones harás que se libre la tormenta.

Ni la publicidad ni la calidad ni el precio ni la variedad pueden evitar las quiebras: Tú sí puedes evitarlo.

Qué rico cuando llega a domicilio la comida china del domingo, los taquitos y burritos, tus pizzas favoritas.

Qué cómodo no ensuciar platos el fin de semana y que lleguen las carnitas, las tortas y el sushi.

Qué fácil es tomar el celular y en segundo elegir entre cientos de platillos para que lleguen a tu casa en cuestión de minutos sin que tengas que salir.

Si ayudas a la industria con estas tres cosas, cuando esto pase te lo agradecerá, estará más fuerte, más sensible a tu importancia, más adiestrada, más diversa, más rica.

Sólo si se lo permites.

La cocina es de los fuertes.

El taquero de Hermosillo asa carne a las 2 de la tarde en agosto a 49 grados frente al fuego y cuidado donde te le metas a revolotearle las cosas, la parrilla es de él, nadie se mete con el parrillero.

El cocinero que tiene 6 fogones en la estufa y 2 hornos en las rodillas con un aerocooler de primera generación es el chef del restaurante, cuidado con que no se hagan bien las cosas, ni un platillo sale mal de la cocina. Meseros, cocineros, lavalosas, personal de intendencia, chefs de alta escuela, parrilleros, plancheros, cevicheros, panaderos, pasteleros.

Todos son piratas y guerreros en la adversidad, nadie saca el jale fácil y jamás buscarán trabajo en oficinas frescas.

Aman servir al cliente, disfrutan batallar aunque no lo vean, son la fibra que hace a México gigante entre gigantes, son los cocineros que están en las mejores cocinas de Estados Unidos y del mundo.

Los que no se saben rajar.

La cocina es para todos.

Estos emprendedores y cocineros fuertes son la máxima expresión de la democracia, sirven a los pocos ricos que hay, a un poco más de los de en medio y a todos los demás menos afortunados.

Nadie se queda sin comer, hay para todos, para los que tienen de sobra y los que apenas tienen.

El que cocina no discrimina, agradece la moneda y el billete de su cliente, sea rico o pobre, las monedas de ambos son iguales.

El autor es Campeón Nacional de Parrilladas 2017.