Cambiar, ¿para qué?

El autor es Director de Humanidades del Tecnológico de Monterrey Campus Sonora Norte.

“Ningún cambio llega solo, siempre trae problemas, pero también oportunidades, como dos caras de una misma moneda”: Ichak Adizes.

Una constante del entorno actual es el cambio.

En este sentido vale la pena retomar las ideas de Ichak Adizes.

Ichak es un gurú mundial en temas de administración del cambio organizacional y planeación estratégica, originario de la exYugoslavia.

Actualmente es asesor de algunos jefes de Estado en el mundo, además de colaborar con las principales empresas globales.

Adizes comparte que la vida está relacionada con los cambios.

Cuando hay cambios surgen los problemas entre los seres humanos.

Para este economista, estar vivo es estar en problemas.

Sólo los vivos tenemos que afrontar todos los días los cambios y por ende las dificultades propias de todo lo que cambia.

Si paramos de cambiar, morimos.

“Si usted no quiere que haya problemas, no haga nada. Pero si no hacemos nada, otros sobrevivirán en la vida, otros crecerán más que nosotros, es así que el cambio no lo podemos parar”, enfatiza este egresado de la Universidad de Columbia.

Este consultor señala que hoy los cambios son más rápidos y por lo tanto hay más problemas y conflictos.

Una persona, organización o ciudad entre más cambios tenga, se generarán mayores conflictos.

Pero las personas y organizaciones que no cambien a la velocidad requerida, quedarán obsoletas o fuera del mercado.

Los que se aferran a no cambiar, no tendrán conflictos pero tampoco crecimiento o desarrollo.

Ahora bien, Ichak señala que en cualquier organización pública o privada el papel de sus líderes es clave, ya que el líder debe ser alguien capaz de manejar el cambio.

Por lo tanto, un líder debe de tomar buenas decisiones para manejar los cambios.

Y para tomar buenas decisiones hay que tener un equipo complementario.

Adizes pone el ejemplo de que la mano es la suma del trabajo en equipo de 5 dedos, cada dedo tiene distinto tamaño y funciones, pero son complementarios.

Si el líder sólo tiene colaboradores que piensan como él, no hay complementariedad y no hay crecimiento.

Este experto dice que avanzar juntos es el reto de cualquier organización.

Sostiene que la confianza y el respeto son elementos clave para implementar el cambio.

El mutuo respeto se da cuando se reconoce el derecho de pensar distinto en los demás.

Sin la confianza y respeto no avanza ninguna sociedad.

Así el cambio implica que todos los involucrados deben estar dispuestos a negociar, respetar otros puntos de vista y escuchar.

Implica renunciar a ciertos aspectos para mejorar y crecer.

Si nadie quiere ceder algo desde lo que le toca, no habrá cambio y no habrá mejoras.

Parafraseando a Adizes, termino afirmando que sólo creceremos en las organizaciones de todo tipo en la medida en que tengamos apertura al cambio.

Si no es así nuestra persona, organización o ciudad permanecerá estática y pasiva.

Y usted, ¿con qué actitud se enfrenta a los cambios?

El autor es Director de Humanidades del Tecnológico de Monterrey Campus Sonora Norte.

Presidente de Grameen de la Frontera.

@rafaelroblesf