Personas que viven en la calle

La autora es Licenciada en Psicología.

Cada vez que salimos fuera de casa podemos llegar a cruzarnos con personas que viven sin un hogar, que están en condición de “calle”, si observas bien, están en todas partes, podemos ver hombres, mujeres, niños, algunos que venden dulces, limpian vidrios, piden dinero o trabajan temporalmente en algún lugar.

Al verlos nos provocan diferentes emociones, algunos les ayudan, otros se molestan y al tiempo muchos sólo terminan ignorándolos, “haciendo como que no existen”.

Estas personas, en ocasiones, duermen en las alcantarillas, en algún estacionamiento, otros los encuentras en el panteón o incluso en lugares que ni te imaginas.

Parece que por momentos hay demasiados, y después se van, alguna vez los encuentras recurrentemente y luego aparecen nuevas.

Pero, ¿quiénes son? ¿Cuál es su historia? ¿Qué sucedió que llegaron a esa condición de vida?

El ‘sinhogarismo’ se refiere a un fenómeno social de personas que no tienen un lugar permanente para vivir y que se han visto obligados a vivir en la intemperie o en la calle.

No pueden acceder a tener un marco estable de convivencia, ya sea, por dificultades mentales, económicas o personales.

Para esta situación existen muchos factores, cada uno de manera muy particular en su historia, cuya causa es una combinación de situaciones socioeconómicas.

Algunos están en esa condición por quedarse sin trabajo, perder a una pareja o a su familia, abuso en casa, problemas con la justicia, migración, enfermedades psicológicas, uso de drogas o alcoholismo, pérdida de la memoria, etc.

Hay una tendencia nueva, los que carecen de un lugar para vivir, no son solamente los pobres, sino gente que era de clase media y que debido a la inflación que inició desde los años 70’s, adquirieron deudas impagables en sus tarjetas de crédito o que perdieron su hogar por hipotecas, esto ocasiono una serie de situaciones difíciles.

En esta población hay mayor número de varones y se le ha llamado “la plaga de nuestros tiempos”, sin embargo, también hay quienes se han dedicado ayudar a estas personas.

Nosotros como comunidad también podemos hacer algo al respecto, primero que nada, no hay que juzgar a las personas que vemos viviendo así, podemos apoyar a organizaciones sin fines de lucro, verlos como lo que son: seres humanos, hay albergues donde se pueden donar desde alimentos, hasta cobijas y sobre todo acércate a apoyar a quienes están en voluntariados, siempre se necesitan más manos.

Las personas que carecen de hogar nos pueden causar temor o inquietud, pero son personas con necesidades como las nuestras, que en su momento, por situaciones diversas, la vida los llevó por ese camino.

Sé que en ocasiones también es difícil ayudarlos, porque algunos no quieren lo que llegas a ofrecerles, se han acostumbrado tanto a vivir así, sin obligaciones, responsabilidades y sobretodo sin una identidad, que esto les permite ser quienes son, sin importar aparentemente nada.

La autora es Licenciada en Psicología.

psic.gladys12@gmail.com