¡Una mujer normal!

La autora es chef y comunicadora

En días pasados acudí a una plática de mujeres empresarias en Canacintra llamada Charla Café, es una serie de actividades que se hacen buscando nutrirnos de personas y personajes que nos inspiren, siempre que se habla de inspiración buscamos personas que estén en los reflectores o que hagan algo que nos diferencie del resto, muchas personas no se dan cuenta a veces, cuánto pueden influir en los demás, si analizamos eso; llega de manera inmediata a nuestra mente el mundo de la música, las influencer que tan de moda están hoy en día y que a veces no dejan nada nutritivo en nuestras vidas, Charla Café busca de verdad hacer la diferencia.

En esta ocasión nos acompañó un personaje que cumple, desde mi punto de vista personal, con todos los requisitos de inspiración y que conste que esta no es una columna pagada por nadie, lo que aquí se escribe es a título personal y sólo yo soy responsable de mis letras.

Escuchaba con atención a nuestra invitada, la alcaldesa Célida López Cárdenas, como se describe como hija, estudiante, empleada, esposa, madre, alcaldesa y mujer, sentí tanta empatía en sus palabras al recordar que para muchas de nosotras el ser mujer nos dificulta un poco lo que debería de ser cotidiano, requieres de mayor esfuerzo si en tu familia eres la primera en titularte (para qué eres tan necia si algún día te casarás y te van a mantener) llegas a la edad laborar sorteando o recibiendo sueldos menores porque tienes que esforzarte primero para demostrar que las puedes.

Cuando eres esposa tus deberes de mantener casa limpia, hijos educados y seguros, son tu única responsabilidad, además de no cansarte y si fuese poco se transforma en una obligación que todas debemos cocinar, planchar, lavar y estirar el gasto y cuando por error pedimos algo fuera del presupuesto somos cuestionadas ¿para qué lo quieres? Queremos siempre como madres proteger a los hijos y estar al tanto de que coman bien, de sus tareas, de su día a día.

Hoy en día, como por historia en nuestra cultura, sigue siendo difícil ser mujer y mucho más en una sociedad que estigmatiza las emociones que una pueda manifestar, tienes que estar impecable, no debes tener pasado, también es tu obligación no enojarte y responder de manera amable con una sonrisa la bola de patanerías a las que te enfrentas a diario, debes dejar la casa limpia, comida lista si pretendes salir a conquistar el mundo.

Es necesario que nosotras, quienes educamos a los hijos, no eduquemos machos, eduquemos hombres que respeten y caballeros que nos acompañen de manera amable en esta aventura llamada vida, quiero ser siempre amada y amarte, quiero ser siempre libre y regresar cada día a tu lado, quiero elegir una y mil veces la profesión que tanto amo y ser respetada, quiero caminar segura por las calles sin perder mi feminidad, quiero ser una mujer normal de esas que lloran y dicen las cosas sin caretas y sin ocultarse detrás de los protocolos de una sociedad doble moralista, quiero levantar la mano de hombres y de mujeres que comprendan que una mujer normal es aquella que está llena de defectos y que la perfección no existe.

Carmen Palacios

La autora es chef y comunicadora.

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