Nuestra Constitución y sus leyes

El autor es Licenciado en Economía, Administración y Mercadotecnica, presidente de Coparmex Sonora Norte.

El pasado 5 de febrero se conmemoraron los 103 años de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Las constituciones son textos aspiracionales, pues marcan los deseos y los anhelos de la sociedad, establecen las normas jurídicas de organización del Estado, reconocen derechos básicos y garantizan la separación de poderes que permiten que la democracia funcione.

Sin embargo, dada la naturaleza imperfecta y cambiante de la sociedad, la Carta Magna no es documento estático.

Desde su promulgación en 1917, la Constitución Mexicana ha experimentado más de 700 reformas, un promedio de 6.7 modificaciones por año.

Hemos pasado por etapas trascendentes que han precisado de reformas constitucionales para dar rumbo al país.

Por ejemplo, en 1977 se adoptó el sistema de representación proporcional y se relajaron los requisitos para la obtención del registro legal a nuevos partidos.

Se considera que esta reforma marcó el inicio del proceso de transición democrática en México.

De forma más reciente y durante el periodo 2012-2018, se llevaron a cabo múltiples reformas estructurales que sentaron las bases para lograr un mayor desarrollo en nuestro país.

A pesar de que estas reformas fueron ampliamente celebradas en el país y aplaudidas a nivel internacional, el Presidente emprendió una campaña para dar marcha atrás a algunas de ellas.

Esto representa un reconocido retroceso que nos lleva a arrastrar de nuevo deficiencias estructurales que amenazan con frenar nuestro desarrollo.

Cada Presidente ha impreso su estilo y sus prioridades dentro de la Constitución, pero nos debe preocupar la naturaleza restrictiva de derechos al que apuntan algunas de las reformas del último año.

Por ejemplo, aquéllas que posibilitan la extinción de dominio sin contar con sentencia firme, o el uso de la prisión preventiva de oficio que abre la puerta para ser utilizada en contra de rivales políticos.

La Constitución y las leyes no se deben modificar para debilitar a las instituciones, tampoco para vulnerar los derechos de los ciudadanos u obedecer a caprichos, tales como permitir la rifa de un avión, eliminar los fines de semana largos o que el Presidente se pueda subir al carro electoral en los próximos comicios.

El Presidente tiene hoy la oportunidad histórica de impulsar las reformas que mejor le parezcan.

Sin embargo, esa facultad debe utilizarse pensando en fortalecer a las instituciones, generar confianza, impulsar la economía junto con el bienestar y mejorar la impartición de justicia para todos los mexicanos.

Al día de hoy, suman 8 las reformas constitucionales impulsadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, un número superior al promedio de los últimos 103 años.

Corresponderá a la sociedad civil estar atenta a estas decisiones y buscar que se corrija el rumbo de ser necesario.

El autor es Licenciado en Economía, Administración y Mercadotecnica, presidente de Coparmex Sonora Norte; Vicepresidente Nacional de la Comisión Competitividad de Coparmex.

Empresario sonorense, Consejero Grupo Gemso y Grupo Helios.