Los soldados caídos y el 14 de febrero

La autora es profesora de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey Campus Sonora Norte y Directora de Agrupación George Papanicolaou Hermosillo.

El próximo viernes estaremos celebrando el Día del Amor y la Amistad, fecha esperada por algunos y odiada por otros tantos.

El 14 de febrero es el momento en el que muchas personas deciden demostrar su amor con algún regalo, mensaje o detalle.

Esta festividad está rodeada de muchos símbolos y mitos que hacen que de manera invisible continuemos sosteniendo un sistema preponderantemente machista.

Durante el 14 de febrero surgen los llamados ‘soldados caídos’, término que hace referencia a aquellos hombres que dejaron plantados en esta fecha, o bien, que fueron rechazados públicamente por la mujer a la cual se dirigía la muestra de afecto (incluso, anillos de compromiso).

Es importante analizar esta figura que tanta gracia hace y que se ha normalizado por años:

El modelo del ‘amor romántico’ hace que se idealice el hecho de estar enamorado y que se consideren válidas ideas como: ‘eres mía’, ‘tienes que aguantar esto por la relación’, ‘lo daría todo por ti’, ‘el amor verdadero es eterno, heterosexual y monógamo’.

Con esto no solo se fomenta la dependencia y relaciones no sanas, sino que se limita el amor a una preferencia sexual.

El ‘soldado caído’ normalmente pone su empeño en demostrar su amor públicamente, apelando a que la presión social deberá ser suficiente para que su muestra de afecto sea aceptada, e incluso como una estrategia para hacer que la mujer acepte formalizar un noviazgo o compromiso.

Este tipo de presión puede ser considerada como violencia psicológica, pues en ocasiones la mujer es sometida a estrés para aceptar regalos y relaciones de las que no se encuentra completamente segura.

En muchos casos no es un soldado caído, es un ‘acosador’.

El rechazo por parte de algunas mujeres no solamente se da en el 14 de febrero, pues en la mayoría de las situaciones el llamado ‘soldado caído’ ya había sido rechazado con anterioridad.

¿Por qué creería que tendría un resultado diferente en el día de San Valentín?

Porque como sociedad, hemos romantizado la fecha y pensado que ese día, todo mundo tiene que acceder a los caprichos de quienes nos rodean.

El 14 de febrero debe ser una fecha que aprovechemos para avanzar en la construcción de relaciones más saludables basadas en el respeto, la comprensión mutua y la equidad.

Aún en esta época prevalece la idea de que la mujer debe poner el amor en el centro de su vida y que necesita buscar un compañero que la complemente; para romper este mito, es necesario que las nuevas generaciones entiendan que primero es necesario conocerse y desarrollar un profundo amor propio, para después poder compartir su vida con otra persona.

Se requiere, además, dejar de lado esa idea de que el amor es un acto de ‘conquista’ como si las mujeres fueran territorios (que deben conseguirse por soldados).

Debemos entender que el amor es una decisión corresponsable de dos personas que deciden compartir sus vidas, sin perder su individualidad y su libertad; que dichas personas deben compartir también roles y funciones, incluidos el rol de proveedor y de tomador de decisiones.

Finalmente, debemos entender que ‘no, es no’, en público o en privado, la decisión de cualquier persona debe ser respetada, de lo contrario es un acto de violencia, aunque éste lleve de por medio flores y chocolates.

Dejemos entonces de romantizar la idea del amor que debe ser impositivo y de normalizar el que sea graciosa la figura del ‘soldado caído’.

La autora es profesora de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey Campus Sonora Norte y Directora de Agrupación George Papanicolaou Hermosillo.

@PaulaTakashima

paulatakashimaaguilar@gmail. com