Siéntete cómodo con lo incómodo

El autor es Campeo´n Nacional y Centroamericano de Natacio´n en los 90’s. Entrenador actual de natacio´n y crossfit.

Como todo inicio del año todos aprovechamos para hacer un borrón y cuenta nueva.

El nuevo año nos da una página en blanco que nos llena de esperanza para comenzarlo con el pie derecho.

Al inicio del año todos tenemos muchos propósitos que esperamos cumplir en los siguientes 365 días.

Estos propósitos por lo general incluyen nuevos hábitos para superación personal en las diferentes áreas de nuestra vida.

Desgraciadamente muchos de nosotros podemos simplemente reciclar la lista del año pasado y hacer el intento de nuevo con los propósitos no cumplidos.

Algunos ya hemos reutilizado esa lista por algunos años.

¿Por qué será que no logramos cumplir los propósitos puestos los años anteriores?

Al llamarlos propósitos lo más seguro es que sea algo que aún no tenemos en nuestra vida.

Es algo que para lograr sabemos lo que necesitamos hacer, pero no lo hemos hecho.

Muchos de nosotros queremos cumplir esos propósitos sin cambiar una cosa de nuestras vidas.

Queremos obtener diferentes resultados al año anterior, pero nos rehusamos a hacer las cosas diferente y como lo hemos oído mucho, caemos en la definición de locura: hacer lo mismo una y otra vez y esperar diferentes resultados.

Definitivamente cuando oímos esa frase la mayoría de nosotros la entiende, pero no nos damos cuenta de que todos caemos en esa locura y la razón de seguir cayendo en lo mismo es porque no aprendemos a sentirnos cómodos con lo incómodo o, mejor dicho, no nos damos el tiempo.

Al hacer esto caemos en la zona de confort y por si no te lo han dicho, nadie crece en la zona de confort.

El iniciar una actividad o una tarea nueva es muy difícil e incómodo.

No sé de algo más sufrido que empezar a hacer ejercicio o ir al gimnasio cuando hace mucho tiempo que no vas o más aún cuando nunca has ido.

Tu mente te bombardea de excusas para no salir de la comodidad de las cobijas y manejar al gimnasio.

Todavía cuando logras lo que parece imposible de cambiar tu cómoda posición horizontal a vertical, la lluvia de excusas se intensifica en el trayecto de tu cama al carro, del carro al gimnasio e inclusive del estacionamiento del gimnasio a la puerta.

Esta fuerza que actúa contra uno es muy normal y le sucede a toda persona que está empezando algo nuevo.

La diferencia entre los que cumplen sus propósitos y los que no, es que los primeros entienden que ese sentimiento de odio por la nueva actividad es siempre temporal.

Nos cuesta mucho trabajo pensar que aguantaremos todo el año sintiéndonos así de miserables al momento de empezar a trabajar en nuestros propósitos.

Creemos que pasaremos días y meses sintiéndonos de esa forma mientras estemos haciendo dicha actividad y si pensamos de esa forma o si en verdad eso fuera cierto (no lo es) por supuesto que sería imposible lograr el propósito, pero justo eso es lo que debemos entender y repetírnoslo a cada rato, el sentimiento es temporal.

Sería loco pensar que todas las personas que van constantemente al gimnasio o que salen a correr a diario son masoquistas y disfrutan de esos sentimientos incómodos.

¡Claro que no!, sólo que ya pasaron por esa etapa de incomodidad y ahora disfrutan lo que hacen a diario.

La duración de la incomodidad es diferente para todos, pero por lo general es de 10 a 20 días, puede ser más o puede ser menos.

En lo personal creo que los primeros 10 días los odias, del día 10 al 20 encuentras momentos que disfrutas y del día 20 al 30 cambias de nombre esa actividad y le llamas hábito.

Entre más tiempo dures con tu actividad, la flojera, el odio y la dificultad de realizar dicha actividad va disminuyendo hasta que llega el momento donde tu incomodidad se convierte en comodidad, el sentimiento de odio y flojera se convierte en necesidad y agrado y ese propósito que agregaste en tu lista al inicio del año pasa a tu lista de nuevos hábitos y gustos.

Así que este nuevo año haz las cosas diferente y obtén diferentes resultados.

Date tiempo de sentirte cómodo con lo incómodo y veras cómo el siguiente año empezaremos en verdad con una lista en blanco y dejarás el reciclaje para la basura y no para los propósitos.

¡Muy feliz año!