Cuando fuimos supersónicos

Productor de televisión y contenidos digitales.

Todo niño ochentero, teníamos varios afiches clásicos en nuestra habitación, y en la mayoría de los casos, era tener un poster del avión supersónico Concorde, donde la forma de esa aeronave nos llevaba a imaginar poder viajar más rápido que el sonido, a 2 mil 179 kilómetros por hora y a 18 mil 300 metros sobre la superficie.

El Concorde fue símbolo de estatus que solamente unos cuantos podían disfrutar para atravesar de continente a continente, en la mitad de tiempo que una aeronave de pasajeros de aquellos tiempos (1976).

Era solamente clase de lujo y a pesar de la angostura de su cabina, transportaba cómodamente a 100 pasajeros.

Por el diseño de la aeronave, las ventanillas eran más pequeñas de lo habitual, pero a través de ellas se veía la curvatura del planeta.

Los constructores del Concorde visualizaron que para nuestros tiempos, el año 2019, serían comunes los vuelos a gran velocidad; pero no fue así.

El costo del combustible, mantenimiento y el lento retorno de inversión, hicieron que el Concorde solamente tuviera el papel de la “joya de la corona” de Air France y British Airways.

La historia de esta fantástica aeronave comenzó su declive tras un accidente a las afueras del aeropuerto Charles de Gaulle en París, en julio del año 2000, fatalidad que cobró la vida de 113 personas, entre pasajeros y personas en tierra.

El Concorde era análogo, tal cual un automóvil de transmisión estándar, todo su sistema era completamente mecánico hasta la llegada del GPS.

Su tripulación la constituían un capitán, un primer oficial y un ingeniero de vuelo.

La cabina contaba con 5 sobrecargos y se tenía una pantalla para que los pasajeros vieran la velocidad y altura en la que se desplazaban.

El cine y la música no estuvieron exentos del encanto que producía el Concorde; en el último año de la década de los 70, se estrenó la película “Aeropuerto 79” donde el supersónico era utilizado para esquivar un ataque terrorista aéreo.

El director de orquesta, Frank Pourcel, compuso un tema instrumental dedicado a la aeronave y que fue el soundtrack del momento.

Figuras de primer nivel en el mundo del espectáculo, eran pasajeros habituales en el Concorde, entre ellos Elizabeth Taylor, Sean Connery, Mick Jagger y Elton John.

México fue uno de los pocos países que fueron destino del Concorde.

Por cuatro años, el equipo supersónico conectó a la Ciudad de México con París.

El 1 de noviembre de 1982, la empresa Air France decidió cancelar el servicio.

Otros destinos atendidos con el Concorde en Latinoamérica fueron Río de Janeiro y Caracas, Venezuela.

El caso del Concorde es evidencia de que el futuro no pintaba como lo conocemos hoy.

Era el preámbulo de lo que tendría que haber sido un mundo que se movía gracias a la energía nuclear y los automóviles voladores.

Este año se cumplieron 5 décadas del primer vuelo de prueba, de lo que fue y sigue siendo, un ícono que nació en pleno apogeo de la guerra fría entre la Unión Soviética y las potencias capitalistas.

En la actualidad podemos visitar algunos Concorde en varios museos y aeropuertos del mundo.

Es una pieza que vale la pena ver de cerca y dar cuenta de una maravilla tecnológica, que se adelantó a su tiempo.