El arte de corregir a tiempo

El autor es comunicador y bloguero de temas de estilo de vida.

Una de las cosas más necesarias, y si no es que una de las más importantes, es aprender a soltar.

¿Se han puesto a pensar cuántas cosas no dejamos que nos lleguen porque estamos casadísimos con una idea?

A lo largo de nuestra vida nos enfrentamos a muchas maneras de crecer y es ahí donde nos convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos.

En ese sentido, el éxito va de la mano con el nivel en que cooperamos para desprendernos de lo que ya no nos queda.

No estoy totalmente seguro que uno haya que casarse, rejuntarse o ennoviarse de manera indiscriminada “para sentirnos bien con nosotros y los otros”.

Uno debe ser extremadamente especial y saber lo que sí y lo que no es bueno para nuestro bienestar.

Lo que sí creo que vale la pena es darse chance de corregir a tiempo y no perder el objetivo, preguntándonos el porqué de nuestros errores y malos castings que hemos hecho en la vida.

Lo que trato de decir con casarnos, rejuntarnos y ennoviarnos, es lo malo que es cerrarnos a nuevos enfoques y no materializar nuevas ideas sólo por miedo... como volver con tu ex, cuando ya sabes bien que la relación no tiene futuro.

Cerrarnos a nuevas cosas sólo porque renunciar a la empresa sería una jalada imperdonable. O aún peor, emprender un negocio con alguien que sólo busca dinero rápido.

¿Se han puesto a pensar en las oportunidades que han dejado escapar por no desengancharse?

Cuando alguien me cuenta que se está separando o divorciando, me alegra mucho; uno, porque no cualquiera tiene el valor para hacerlo y hay que tener muuuchos *&%$ para aventarse, y dos, porque es una gran oportunidad para, ahora sí, ¡encontrar otra oportunidad! Lo mismo debemos hacer cuando vemos que los resultados ya no están dando lo que buscamos.

Muy dentro de nosotros siempre sabemos cuándo es necesario soltar.

Pero le tenemos miedo al cambio y nos hacemos como que la Virgen nos habla, y no se trata de dejar todo de un día a otro, sino desprendernos de lo que ya no nos queda de una manera tranquila, bien pensada y sin faltar al respeto a otros.

Te invito a soltar la flojera, a soltar lo que es “masomenos” bueno.

Te invito a soltar lo que te pesa, suelta lo que ya no quieres y te frena.

No juzgues tu historia, sólo obsérvala, replantea, mira con claridad aquello que te causa dolor o frustración y cámbialo.

Suelta tu miedo para permitirte ser auténtico, pero por sobre todas las cosas a corregir a tiempo y vivir más ligeros.