Del infierno a ECOMUNIDAD

Es Profesionista.

Casi dos décadas en la industria de la comunicación y qué curioso, jamás escribí una coma en ningún periódico o medio electrónico.

Hoy me atrevo a hacerlo por el orgullo de formar parte de ECOMUNIDAD, proyecto que simboliza la finalidad de mi regreso a lo que amo: LOS MEDIOS.

Soy un sobreviviente del suceso más duro e inexplicable que puede existir en la vida, que no tiene nombre, pero sí descripción…

Perder a un hijo. Mi ‘Pelochas’ (Elena Alejandra Bernal Sáenz) nos dejó a sus 13 años de edad, de una manera caótica, apresurada, injusta y obviamente muy dolorosa.

Un aneurisma en la base de su cerebro me la arrebató en 18 horas.

Me encontraba en la cima del mundo (según yo) y me dedicaba a ser implacable en mi trabajo, duro, exigente, frío, calculador, altamente competitivo, siempre ganador, temido y “respetado”.

Era fácil, sólo había que seguir la línea y pasar sobre el que tuviera que pasar en busca de SIEMPRE ganar.

Desde el momento que levanté a mi hija agonizante del suelo de su escuela para llevarla a toda velocidad al área de emergencias de un hospital y tratar de salvar su vida, me di cuenta, al ver que no respondía a mis súplicas de ¡despierta! ¡No te duermas!.., que no era tan ganador, no era tan implacable, no iba a ganar como siempre lo hacía, ¡no podía hacer nada!

Era un ser insignificante ante lo que estaba sucediendo y definitivamente, iba a perder lo más preciado, ¡a mi hija!

Conducir a 150 kilómetros por hora rumbo al hospital me dieron esas 18 horas para prepararme y despedir a mi niña, a mi razón de ser, a la mitad de mi corazón y sabía que me desmoronaba, que había perdido las ganas de vivir, pidiendo por las noches no despertar y molesto por las mañanas porque despertaba.

Así llegó un torbellino de cambios en mi vida.

Estaba en caos, fuera de control, viviendo del recuerdo efímero de lo que “había sido”, queriendo recobrar esa “seguridad” que me caracterizaba.

Llegué a la conclusión de soltar todo, buscarme y reencontrarme para aprender a quererme y reconstruirme desde cero.

Me aparté del reflector, cociné, viajé, lloré, me limpié de cargas, pero lo más importante: pedí perdón y perdoné al mundo entero y curioso, los que se tenían que ir se fueron, pero llegaron los que debían de llegar a mi vida.

Me tomó más de dos años poder cerrar mi duelo y dejar descansar a mi hija para por fin estar bien conmigo mismo y de esta forma, los que me rodean salgan beneficiados, estando bien.

“Regresar del infierno después de mirar al diablo a los ojos, darme la media vuelta y escalar de nuevo al mundo”.

Cuando por fin sentí que estaba preparado, EXPRESO me abrió sus puertas y me invitó a formar parte de este gran proyecto.

No cabe duda de que Dios existe…

Estoy trabajando y en perfecta sintonía con Luis Felipe Romandía (lo impensable, jejeje) y estoy convencido que no es casualidad.

ECOMUNIDAD no es casualidad, no es ocurrencia.

Es el resultado de más de dos años de ver al mundo girar y entender que uno solo no puede, que todos tenemos que ver entre todos y que más aún, entre todos podemos lograr estar bien.

ECOMUNIDAD es la columna vertebral de nuestro proyecto, de la transformación de EXPRESO como grupo informativo, un grupo abierto e incluyente donde todos tengamos una primera o una segunda oportunidad de participar activamente en la mejora continua de nuestra sociedad y de nosotros mismos.

GRACIAS a todos los que sin dudarlo se han sumado a esta gran aventura, punta de lanza que, sin duda, dejará un grano de arena de cambio y sin duda también será retomada por otros medios (con o sin compromiso real), pero siempre ofreciendo un espacio a todos nosotros quienes ya despertamos y formamos parte del ente del cambio de nuestro mundo.

Por nuestra parte seguiremos trabajando en mejorar y ampliar el espectro de temas y de participantes ciudadanos para enriquecer infinitamente nuestras páginas día a día.

Gracias por siempre.

Alejandro Bernal

Es Profesionista.