Los excesos verbales de AMLO

Los excesos verbales de AMLO, escribe @joseshealy en #Actitudes.

No estamos seguros si lo más correcto es compararlo con Fidel Castro y Hugo Chávez o simplemente con políticos domésticos como Luis Echeverría y José López Portillo.

Lo cierto es que el presidente Andrés López Obrador está llegando a niveles impresionantes en cuanto al tiempo dedicado a sus discursos y sus conferencias mañaneras.

Si el dictador cubano Fidel Castro era capaz de pronunciar alocuciones de más de diez horas, López Obrador puede superar ampliamente ese tiempo en una semana a través de sus mensajes en giras y a sus maratónicas ruedas de prensa en Palacio Nacional.

AMLO rebasa también con facilidad a Hugo Chávez quien dedicaba por lo menos seis horas cada semana a su programa de radio “Aló Presidente”, en donde aprovechaba para hablar de su gobierno y de paso denostar a sus opositores.

Resulta, pues, por demás preocupante la cantidad de tiempo que el primer mandatario dedica a sus peroratas comparado con el tiempo que destina a sus juntas de trabajo que realmente son pocas y medianamente divulgadas en comparación con las mañaneras.

De acuerdo al análisis elaborado por la empresa consultora Spin, en los primeros dos años de gobierno de López Obrador se realizaron 504 conferencias mañaneras con un promedio diario de 106 minutos, es decir 530 minutos a la semana equivalente a 8.8 horas.

Si tomamos en cuenta que una jornada de trabajo normal es de ocho horas, López Obrador destina más de un día a la semana a interactuar con los reporteros como si esa fuera su “chamba” principal como Presidente de México.

Peor todavía es el contenido de sus “mañaneras”, según Spin el huésped principal de Palacio Nacional ha pronunciado más de 40 mil mentiras o afirmaciones no verdaderas durante estos dos años superando incluso a Donald Trump, quien según analistas ha emitido en sus casi cuatro años de régimen más de veinte mil falsedades.

AMLO ha llegado al extremo de programar actos públicos informativos cuando no son necesarios por ley ni tampoco solicitados por la opinión pública.

Tal es el caso del Segundo Informe de Gobierno que pronunció en dos ocasiones, la primera el 1 de septiembre como era la tradición política y el segundo fue el pasado lunes en Palacio Nacional, donde reunió a 72 personas para que escucharan lo que ya sabemos y que ha repetido una y otra vez en los meses recientes.

En esta ocasión López Obrador recurrió a temas que no le competen o bien no están en su responsabilidad y por lo tanto tampoco es su papel divulgarlos y destacarlos.

Así sucedió al presumir las remeses provenientes de Estados Unidos que han registrado un aumento récord de 14% en 2020 y que superarán los 40 mil millones de dólares a finales del año.

El segundo tema fue cuando Andrés Manuel aseguró que según sus datos el gobierno de la 4T cuenta con el respaldo de 71% de los mexicanos.

¿Se vale hablar de niveles de popularidad en un informe de gobierno, lo que resulta irrelevante además de vanidoso?

Al día de hoy el balance de la administración de AMLO es alarmante: una caída del PIB de 9% para finales de 2020, 107 mil fallecidos por el Covid, más de un millón de contagios, los escándalos de Ovidio Guzmán y Pío López Obrador, un mayor desempleo y un incremento en el número de pobres en México.

Así las cosas, ¿qué necesidad de un nuevo informe a nivel nacional con todos los costos que ello conlleva?

¿Acaso es tanta la carencia de logros que es necesario llenar al país de farsas y shows mediáticos?

Algunas noticias…

La salida del empresario Alfonso Romo como jefe de la Oficina del presidente López Obrador se veía venir desde mucho tiempo atrás.

Lástima porque el magnate regiomontano neutralizó un sinfín de acciones radicales del Gobierno morenista, veremos si lo releva un buen operador político o por el contrario alguien que convierta ese puesto en un elegante florero…

Seguirán más cambios en los próximos meses, el relevo más inminente es el de Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación, quien no ha podido con el cargo…

Por cierto, ¿alguien sabe dónde está la nueva secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez?