eSOS | Orgulloso símbolo del desierto de Sonora

En los últimos 100 años, se ha reducido drásticamente la población de berrendo sonorense, al grado de estar en peligro de extinción

HERMOSILLO, SON.- El berrendo sonorense es una subespecie del Antílope americano, la cual, durante los últimos 100 años, ha reducido drásticamente su población, al grado de estar en peligro de extinción de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010.

La Antilocapra americana sonoriensis, nombre científico de esta especie, habita en el desierto que abarca tanto Sonora, como Arizona, Esta- dos Unidos.

En el estado existe una población cercana a los mil ejemplares, de los cuales 85 habitan en la zona de El Pinacate y otros 900 en la localidad de Quitovac, ubicada en el municipio de Plutarco Elías Calles.

Raúl Molina Ocampo, director de Planeación Ambiental de la Comisión de Ecología y Desarrollo Sustentable del Estado de Sonora (Cedes), alertó que esta población se ha reducido drásticamente, principalmente por la acción humana.

Drástica reducción

Hace un siglo se estimaba que existían cerca de 600 mil ejemplares de esta especie sólo en Sonora, cifra que en la actualidad ha pasado a aproximadamente mil según el último monitoreo realizado en 2017.

“El berrendo es un ícono del estado, habita en las llanuras del desierto, en pastizales y pues hay que cuidarlo, está dentro de la Norma Oficial Mexicana 59, en la lista de especies en peligro de extinción”, expresó.

El berrendo sonorense es una de las subespecies del Antílope americano que habita en las entidades que conforman el noroeste de México, así como los estados de Oregon, California, Arizona y Nuevo México, en Estados Unidos.

Son cinco las subespecies de la Antilocapra americana: la Antilocapra americana americana, Antilocapra americana mexicana, Antilocapra americana oregona, Antilocapra americana peninsulares y la Antilocapra americana sonoriensis.

El urbanismo, su gran enemigo

Si anteriormente era la depredación la principal amenaza que tenía el berrendo sonorense e incluso de las otras subespecies, es la llegada a su hábitat del ser humano y el urbanismo lo que actualmente pone en riesgo su existencia, a tal grado de ser considerado en peligro de extinción.

A decir de Molina Ocampo, la construcción de carreteras dentro del entorno del berrendo sonorense es quizá la principal causa de riesgo, puesto que no sólo representa una especie de límite para su expansión, sino que también se tiene registro de algunos atropellamientos.

Las cercas instaladas por los propietarios de los predios ubicados dentro del hábitat del berrendo sonorense, es otra de las barreras impuestas por el hombre, las cuales no sólo separan a las manadas sino que incluso han provocado que algunos queden atrapados en los alambres, volviéndose así más vulnerables ante sus principales depredadores: el coyote y el puma.

El berrendo sonorense es una especie que aprendió a sobrevivir y que logró adaptarse a un clima extremo y una geografía desafiante, sin embargo, el riesgo de que desaparezca existe, pues de no protegerse, podría extinguirse.