Cajemense imparte clases a menores necesitados; busca apoyo de la comunidad
Lorenzo se ha entregado a la ayuda comunitaria para dar apoyo y educación a los jóvenes que viven en situaciones precarias.
En medio de carencias de servicios tan básicos como agua, luz y drenaje, Lorenzo Armando Palafox López se esfuerza para darle clases a 13 menores de preescolar, primaria y secundaria que actualmente habitan en El Filo, una comunidad de la sierra que se ubica en la frontera entre Sonora y Chihuahua.
Desde hace meses el cajemense de 33 años de edad se registró al Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), ya que le nació acudir a comunidades marginadas para impartir clases, sin embargo jamás imaginó que se encontraría un lugar con tantas necesidades.
“Yo entré a Conafe porque siempre me gustó la docencia, mi mamá dio clases y yo también quise entrar, es muy bonita labor, me ha impactado mucho la necesidad que hay, la gente me recibió muy bien, yo también de niño carecí de muchas cosas y me gustaría apoyar un poquito a los niños de estas comunidades”, expresó.
Lorenzo se propuso a hacer algo más allá de enseñar lo que dicen los libros educativos, pues ahora también está buscando el apoyo de todos los sonorenses para organizar una posada, en donde los niños puedan recibir un juguete en esta temporada navideña.
“Estoy viendo la manera de hacerles una posada, ojalá que la gente nos pueda ayudar con juguetes, ropa, dulces, una piñata o recursos para poder comprar lo necesario”, reiteró.
Los interesados en ayudar pueden dejar cualquiera de estos apoyos en la casa de su mamá en la colonia Las Haciendas de Ciudad Obregón, la cual se ubicada en calle Legionarios, entre Teresiana y Salesianas, en una tienda llamada “Hermanos Palafox”. También pueden comunicarse directamente con Lorenzo vía WhatsApp al 644 226 3871, para apoyar con alguna transferencia bancaria.
Busca mejorar el plantel
El cajemense no sólo pide el apoyo de los ciudadanos y empresarios para esta posada navideña, sino también para mejorar las condiciones en que se imparten las clases, ya que actualmente se instalan en una casa de adobe que con mucho esfuerzo adecuaron para los niños.
“Esta es una comunidad que se mueve dos veces al año porque son hijos de jornaleros temporales, ahorita están aquí por la temporada del durazno, pero otras veces se mueven a un ranchito cercano a este lugar. En los dos planteles hay mucha necesidad, no tienen agua, luz y drenaje”, explicó.
Precisó que si alguien desea ayudar para atender alguna carencia, puede hacerlo donando pintura, cemento, pilas de energía eléctrica o un Rotoplas que se requiere para almacenar agua.
“Ojalá que nos puedan ayudar, aquí la gente es magnífica y muy amables. Los niños son muy lindos y tienen muchas ganas de estudiar y de superarse. Ellos tenían dos años sin tener clases y ahorita están muy felices porque tienen maestro, hasta los sábados y domingos quieren estudiar”, indicó.