Que México no sea reflejo de Italia, pide hermosillense que vivió en Milán

Estudiante hermosillense que vivió en Italia, narró en una carta cómo fue el proceso de progresión del coronavirus en el país europeo y las consecuencias que surgieron por no acatar las medidas prevención.

HERMOSILLO, SON.- Una joven hermosillense que estudiaba en Italia narró en una carta cómo fue el proceso de progresión del coronavirus en su estancia en Milán y las consecuencias que surgieron por no acatar las medidas prevención.

La joven de 21 años, quien se encuentra en aislamiento desde su arribo a Hermosillo, decidió emitir un mensaje para tratar de crear conciencia en la gente y se tome en serio la contingencia sanitaria para evitar la propagación del virus en México.

Reconoció que al comenzar las medidas por parte de la autoridad, como muchas personas no las tomó en cuenta y las consideraba exageradas.

Señaló que al salir a las calles en Hermosillo percibió la poca importancia e indiferencia ante la pandemia que se vivía en Italia.

Con un sentimiento de enojo y tristeza pide en un escrito de más de mil palabras que México no se convierta en un reflejo del país europeo.

Carta íntegra:

"Hola, soy una joven de 21 años que hace 27 días llegué de Milán, Italia a México, 12 horas después de que se cerraran fronteras, estuve 15 días en aislamiento, sin acercarme a nadie y llevo 12 días en auto cuarentena. A mí me  tocó vivir todo el proceso de progresión de este virus en Milán, hasta el punto donde ya no había retorno, momento que esa ciudad se convirtió en el epicentro de Europa y me tuve que devolver. Hoy te comparto lo que yo viví, porque  no quiero que le pase a México. 

"El 22 de febrero en la escuela de Italia, me cancelaron clases por primera vez, una semana, pero a mitad de semana se convirtieron en dos, durante este tiempo nadie se tomaba en serio las consecuencias que podía llegar a traer el COVID-19, me da pena decirlo pero yo estaba incluida en la gente que pensaban que eran exageraciones y que no me iba a pasar nada. Así como veo que les pasa a muchos de ustedes: no creen.

La semana del 2 al 7 de marzo, semana critica para la región de Lombardía, 8 días después de que empezó la primera alerta, una semana antes de que cerraran fronteras en Italia. Todos los supermercados seguían abiertos en horario normal, restaurantes abiertos de 9 am a 7 pm, servicios públicos en horarios regulares, bares abiertos por la noche, tiendas abiertas hasta las 7, y todos esos lugares estaban llenos de gente, que pensaban que solo era un virus que se pasaría en una semana, que no necesitaban tomar medidas de higiene para prevenir, porque hacían parecer que todo mejoraría, ya que según dijeron iban a reabrir museos y otros lugares el viernes.

El sábado 7 de marzo, mis amigas y yo, decidimos salir a estudiar a un café ya que pensábamos que en una semana estaríamos de vuelta en la escuela, después de eso nos íbamos a juntar cinco personas en el depa de una amiga. En camino a su depa, como a las 8 de la noche, me marcó mi papá desde aquí en Hermosillo para preguntarme que si cómo estaban las cosas en Italia ese día, porque mi familia estaba atenta de las noticias día por día.

Le comenté que me cancelaron clases otra semana y que había rumores que lo más probable es que no iba haber clases presenciales hasta después de Semana Santa pero todavía no era  seguro, en ese momento ya estábamos pensando en la alternativa de que me devolviera, porque no estaba padre el plan de estar encerrada, sin saber qué podía pasar.

Esa noche alrededor de las 11 estando en el departamento de mi amiga, comenzaron a llegar a los grupos de WhatsApp, noticias donde se decía que a las 12 de la madrugada el Primer Ministro de Italia firmaría un decreto donde se establecía que la zona roja entraría en cuarentena hasta el 7 de abril y que en 12 horas entraría en vigor, lo que significaba que yo tenía ese tiempo para salir de Milán.

La verdad, en ese momento toda paniqueada le marqué a mis papás para decirles qué es lo que estaba pasando y que es lo que íbamos hacer. Tomamos la decisión de comprar un vuelo de regreso a las siete de la mañana del día siguiente. Me fui a mi departamento empaqué todo y a las 4 de la mañana ya estaba en un taxi camino al aeropuerto.

De todas las cosas que pensé que iban a pasar en mi intercambio en Italia, nunca pasó por mi mente que en dos meses estaría de regreso aquí en Hermosillo. ¿Por qué estoy contando esto? Ayer por primera vez desde que llegué a Hermosillo salí de mi casa para ir al súper, tomando en cuenta todas las medidas preventivas. Cuando iba en camino me topé con la sorpresa de ver calles con muchos carros, vendedores ambulantes, puestos de comida abiertos con gente, sin tomar en cuenta las medidas preventivas para poder evitar la propagación del virus.

Me dio coraje, enojo y tristeza ver esto, porque a pesar de que vemos lo que está sucediendo en Italia, España y Estados Unidos, todavía hay gente que no se lo toma en serio y puedo asegurarte que vivir lo que pasa en esos lugares no es lo que deseas para este país. Porque esos países de Primer Mundo que cuentan con un nivel de salubridad muchísimo más alto que el de México, en estos momentos están colapsando, aprendamos de ellos y hagamos conciencia tomando las medidas preventivas que se nos han estado diciendo, porque hasta hoy es el único remedio que se tiene para frenar al virus.

Porque estamos a tiempo de detener que el crecimiento vaya en pico, porque podemos evitar que México se venga abajo y ser el país “fregón” que supo como controlarlo. Esto está en cada uno de nosotros en ser empáticos este momento, solidarizarnos con los demás.

Sé que estamos desesperados porque pase la cuarentena y poder volver a nuestras rutinas, ver a nuestra gente cercana, salir de casa, volver a trabajar, etc., pero para que sea lo más pronto posible, actuemos hoy, con las medidas que se nos han dicho porque solo así podemos evitar una cadena de propagación.

Si cada uno de nosotros aporta su granito de arena podemos evitar el peor escenario que serían centros de salud colapsados, una recesión económica sin vuelta atrás, gente desempleada, muchas muertes, más tiempo encerrados, no solo una cuarentena, y que tardemos más tiempo en ver que las cosas vuelvan a ser como antes.

Estoy segura que nadie quiere ver este escenario, después de esta pandemia no seremos los mismos de antes, seremos personas más humanas, valorando y aprovechando más, tanto las cosas, como los momentos con los nuestros. Si cada uno actúa, con sus actos, uniremos fuerzas y juntos podremos controlar esta pandemia, porque créeme, si no actuamos hoy, las cosas sí se pueden poner más feas y a largo plazo tendremos que pagar las consecuencias.

Escribe Hedy del Carmen Espinosa Tapia

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