'Miguelito' sobrevive de milagro tras ser arrastrado por la corriente en Nogales
Pese a no saber nadar, el instinto de supervivencia y las ganas de salvarse fueron determinante para que el menor Erick Miguel saliera vivo tras ser arrastrado por creciente de un arroyo en Nogales.
NOGALES, SON.- Pese a no saber nadar, el instinto de supervivencia y las ganas de salvarse fueron más grandes para Erick Miguel, que la misma corriente de un arroyo que lo arrastró de manera sorpresiva, mientras caminaba con un amigo sobre el lecho que se cubrió de agua como nunca antes.
El niño de apenas doce años de edad ha sido reconocido por sus familiares, amigos, vecinos y la ciudadanía nogalense en general, como un caso de gran fortuna, por ser una de las pocas personas que han sido arrastradas por los arroyos de Nogales y que viven para contarlo.
Acompañado de su mamá Lesly y de la señora Cecilia, en el interior de su domicilio ubicado sobre la calle San Pablo, de la colonia Lomas de Anza, quien también es conocido como “Miguelito”, relata su experiencia con el propósito de que más gente eviten ser sorprendidas por los arroyos en épocas de lluvias.
Especial / EXPRESO.
Fue la tarde del pasado sábado, cuando elementos del Cuerpo de Bomberos Voluntarios “Gustavo L. Manríquez”, del grupo de rescate Halcones Dorados y agentes de Seguridad Pública Municipal, acudieron en auxilio de Erick Miguel, quien fue visto trepado de un árbol, en medio de un arroyo que corría en paralelo a las vías del ferrocarril, a espaldas de la colonia.
“Fui con un amigo a caminar, fuimos a ver cómo estaba el arroyo y no había nada de agua, nos fuimos caminando y yo iba por el medio, mi amigo por la orilla y pronto llegó el agua, nos arrastró poco, no tanto a mi y fue cuando quise caminar hacia el frente, pero no pude porque llegó más corriente, fue cuando me arrastró y me pegué contra un árbol, intenté agarrarme de una de sus ramas, pero se quebró y me llevó más lejos”, relata el adolescente.
Ortiz Meza añade que el agua lo continuó arrastrando, mientras “Miguelito” se iba golpeando contra otros árboles y escombro en el lecho del arroyo, se dio cuenta que no podía salir, empezó a ahogarse, ya que tragaba mucha agua y fue cuando pensó, “ya valí”.
De pronto, relata que vio un árbol en medio del arroyo, se movió a como pudo hacia su paso y fue como logró agarrarse del tronco, empezó a trepar y se subió hasta ponerse a salvo de la corriente.
“De ahí fue cuando llegó un señor, intentó ayudarme y le dije que estaba bien, que mejor llamara al 911, fue cuando empezó poco a poco a bajar el volumen de agua y después me rescataron”, dijo.
Hicieron confianza
Recuerda que segundos antes de ser arrastrado por el arroyo, lloviznaba con poca intensidad, por ello hicieron confianza de meterse y caminar sobre el lecho que se hallaba seco, fue en cuestión de segundos que vieron cómo llegó el agua, sin esperarlo, sin aviso, todo en cuestión de segundos.
Erick Miguel acepta que el arroyo los tomó desprevenidos, ya que cuando vieron llegar la corriente, fue a una corta distancia de tres a cuatro metros y fue poco lo que pudieron hacer.
Cuando era llevado por las aguas, en un principio fue arrastrado parado, pero conforme empezó a avanzar, perdió el equilibrio y su cuerpo iba flotando, ya era más difícil intentar agarrarse de algún árbol o de acercarse a la orilla, menos sin saber nadar.
“Era muy ancho (el arroyo), demasiado y el agua venía muy fuerte, como para irme a la orilla, apenas pude subirme al árbol, puse una pierna en un tronco y fui escalando poco a poco”, agrega.
Una vez que fue visto por un vecino, quien llamó al 911, las unidades de los cuerpos de emergencias arribaron entre veinte a 25 minutos después, periodo en el cual no se desesperó mientras esperaba arriba del árbol a que fuera ayudado, se mantuvo tranquilo.
Nunca se dio por vencido
Pero segundos antes de treparse al árbol, Erick Miguel flotaba invadido de miedo sobre las aguas broncas, no se bloqueó, siempre pensó que tenía que salvarse de alguna u otra forma, nunca se dio por vencido ante la situación adversa en la que se encontraba.
Una vez sacado del arroyo, fue revisado por bomberos y socorristas, quienes confirmaron que el menor se encontraba bien de salud y salvo algunos raspones y golpes en las rodillas, era el susto lo que le aquejaba.
“Nunca me esperé eso, porque es un arroyito muy chico y siempre íbamos a verlo al monte aquí cerquita y nunca nos había sorprendido cómo pasó”, comentó.
La señora Cecilia relató que ella se encontraba en su casa, fue cuando una niña llegó para avisarle que a su nieto, se lo había llevado la corriente, entonces en compañía de un amigo salió a buscarlo, en el camino llamó al 911 y le confirmaron que pasarían el reporte de búsqueda.
“Yo no sabía nada dónde estaba, los niños dijeron que todos andaban ahí y que el único que faltaba era mi Miguelito, también que una señora había mirado que a un niño se lo había llevado el agua y que tal vez era él, pues más me alteré y me puse muy nerviosa”, recuerda la abuela de Erick Miguel.
Coincide que la respuesta de las autoridades fue rápida, no tardaron mucho y fue cuando volvió a ver a la misma niña que le avisó al principio, que ya estaban rescatando a Erick Miguel.
La familia recuerda incluso que un mismo bombero, durante las maniobras de rescate, fue arrastrado por las aguas, pero como estaba amarrado, logró ponerse a salvo rápidamente.
La madre de Erick Miguel, Lesly, añade que frecuentemente acuden a la orilla del arroyo para ver el agua, que normalmente ven poco volumen y por primera vez, miraban tal cantidad.
“Era un canalito pequeño, yo iba con los niños a caminar, de hecho ayer fui con él (Erick Miguel) a ver cómo pasaron los hechos, que me dijera dónde estaba cuando lo agarró la corriente y hasta dónde se lo llevó y sí fueron varios cientos de metros los que lo arrastró, vimos los árboles contra los que chocó y los cuales ya no están”, añade su mamá.
Ella, quien es madre de tres niños, se encontraba trabajando cuando ocurrió el incidente, le avisaron y rápidamente se fue a su casa para atender la situación. Dijo sintió muy feo, mucha desesperación y angustia por saber lo que había pasado con el mayor de sus hijos.
A Lesly le notificaron en el camino que a Erick Miguel se lo había llevado la corriente, pero al principio no creyó, por ser un arroyo pequeño y porque no llovía tanto en la colonia, nunca había pasado algo así.
La familia es originaria de Nogales y conocen la situación de los arroyos que se generan en épocas de lluvias, pero sabían que ese lecho en la colonia, nunca había llevado tanta agua, por lo menos en los ocho años que residen en ese sector.
“Hablé con él, lo regañé al principio, yo siempre le había dicho que si llueve no se acerquen a los arroyos, porque si me asuste mucho, de no haber sido por ese árbol, otra cosa hubiera sido”, añade Lesly.
Tanto el adolescente que se salvó milagrosamente, como su madre y abuela, quieren que el resto de las personas que residen cerca de arroyos o que circulan sobre calles que se convierten en eso, que eviten ser sorprendidos y que aunque no llueva por donde anden o estén, no se confíen y eviten ser víctimas como Erick Miguel.
“Después de eso, ya muchos de los niños y vecinos ya no quieren ir al arroyo”, concluye Erick Miguel.