Lo peor fueron las secuelas que me dejó el Covid-19: Jibrán Díaz

La enfermedad se veía muy distante; algo que se veía en el horizonte, pero conforme avanzaron los meses cada vez fue más cercana, cuenta Jibrán José Díaz Vargas, quien padeció Covid-19 a finales del año pasado. 

HERMOSILLO, SON.- La enfermedad se veía muy distante; algo que se veía en el horizonte, pero conforme avanzaron los meses cada vez fue más cercana, cuenta Jibrán José Díaz Vargas, quien padeció Covid-19 a finales del año pasado.

Escuchar el alza de casos entre parientes, amigos y conocidos contagiados, unos mejor que otros, me hizo hacerme a la idea y a tratar de prepararme, comenta.

“Cuando me enteré que tenía Covid me enojé conmigo porque estaba confiándome en el cuidado y confiando también en la gente que me rodeaba”, dice.

Jibrán señala que el momento del contagio fue en una reunión familiar donde solo había 6 integrantes.

“Por la profesión (nutriólogo) tengo conocidos y amigos médicos, y uno de ellos trabaja en primera línea Covid, así que en él me apoyé para que me recomendara qué hacer”, expresa.

Lo más grave en mí no fue padecer la enfermedad, declara Jibrán, sino las secuelas, ya que necesité terapia pulmonar y física debido a que presentaba mucha debilidad.

El estrés genera mucha incertidumbre, cada cuerpo es diferente y por consecuencia uno responde diferente. Mi experiencia me demuestra que está completamente justificado el miedo, el pánico, pues cuando tú y tu familia padecen la enfermedad, no se sabe si mañana o pasado van a hospitalizar a alguien, finalizó.