La familia Morales tiene 35 años contribuyendo con la gastronomía sonorense en San Pedro

La familia Morales ya tiene 35 años administrando uno de los negocios de comida más populares de San Pedro, restaurante “Tamales y burritos San Pedro”.

HERMOSILLO, SON.- Lo que empezó como frutería para la familia Morales, hoy tras 35 años, se convirtió en un negocio de comida sonorense, el lugar en donde diversos ciudadanos llegan al entrar al pueblo para degustar las delicias regionales.

Francisco Alberto Morales Valenzuela es quien inició el negocio, el cual, originalmente era una frutería y ahora es el restaurante “Tamales y burritos San Pedro”; el dueño actualmente tiene 64 años de edad y sus hijos le ayudan a administrar el lugar, uno de estos, es Roberto Morales Blanco.

“Vivíamos en Hermosillo y esto principalmente era frutería, teníamos una y mi mamá empezó de poquito a poquito en la comida, vendiendo tamales y así se fue expandiendo. Como empezamos con los tamales, de unos 15 a 20, luego con carne y se fueron vendiendo.

“Cerramos la frutería y nos quedamos con la comida, la frutería empezó a bajar cuando llegaron los supermercados a la zona, pues la gente iba a comprar en esos lugares. Ya después le fuimos metiendo burritos, cocidos, asados… Se transformó todo”, explicó Roberto.

Tamales y burritos San Pedro empezó como una frutería hace 35 años, hoy es uno de los restaurantes más tradicionales del lugar. (Foto por Pepe Ávila. Especial / Expreso)

Añadió el joven que su familia vivía en Hermosillo, pero todos los días se iban a San Pedro, en donde el padre y la madre atendían el negocio mientras él y su hermano asistían a la Primaria Revolución, en dicho pueblo, y al terminar sus clases del día esperaban a que cerraran el restaurante para luego regresar a casa, y repetir la misma dinámica todos los días.

Con el paso del tiempo, aún cumpliendo con su educación, Roberto compartió que poco a poco sus padres fueron incluyéndolo en la labor, donde desgranaba el elote y hacía tamales. Hoy en día todos viven en San Pedro, pues afortunadamente pudieron comprar un terreno en donde construyeron su hogar hace unos 30 años aproximadamente.

“Cuando veníamos para acá, cuando era la frutería, aquí anduvimos correteando y sí recuerdo esa época, no estaba el puente, era una sola carretera, la gente se paraba donde quisiera, era pura terracería lo que hay aquí abajo, y el río estaba, cuando llovía bien, porque ahorita ni llueve, se urbanizó mucho.

“Antes no había negocios de comida, éramos nosotros nada más y las que hacían tortillas aquí enseguida, ya conforme empezó esto, a varios les afectó, más a los de enfrente porque la gente no tiene como dar vuelta, antes iban y venían, pero por el retorno para la vuelta a la gente le da flojera, y la que va de paso entra menos”, expresó el hombre.

Añadió que la gente que ha visitado el lugar, comenta que todo está delicioso; lo que ofrecen son burros de carne con chile, machaca, frijoles, quesadillas, cocidos, menudo, gallina pinta, pozole, carne asada y más.

CON LA PANDEMIA

Siendo el lugar que normalmente recibe mucha clientela desde hace años, con la pandemia por el  Covid-19, sus ventas bajaron hasta un 70 por ciento, ocasionando recortes en el personal que contrataban principalmente para los fines de semana, que es cuando más gente recibían.

“Bajó mucho la venta, se fue hasta un 70 por ciento para abajo el negocio, pero aquí estuvimos y sí hubo recortes de empleados, por lo regular se contrataban para el fin de semana, cuando viene más gente, pero solo dejamos a los que estaban constantemente, los de diario: la cocinera, una mesera, el asador, quien limpia y arregla.

“Nos mantuvimos nada más para seguir trabajando y sacar la inversión, para pagarle a los empleados también, no quedaba mucha ganancia pero el negocio se mantuvo. Ya hace como un mes que se ha visto mejor movimiento, este fin de semana estuvo muy bueno, se está componiendo y parece ser que se está regulando”, detalló Morales Blanco.

Foto por Pepe Ávila. Especial / Expreso