Hasta el muro del malecón de Guaymas se están robando
El murete del Malecón Turístico de Guaymas en el bulevar Rodolfo Sánchez Taboada, está destruyéndose poco a poco.
GUAYMAS, SON.- El murete del Malecón Turístico de Guaymas en el bulevar Rodolfo Sánchez Taboada, está destruyéndose poco a poco, gracias a los delincuentes que rompen la parte superior con la intención de extraer varillas metálicas y venderlas en chatarreras.
Hace más de seis años que Mauro, vecino de la colonia La Cantera, camina diariamente por ese lugar en las mañanas, y comentó que hace mucho tiempo comenzó a ver que la parte superior se desprendía y creyó que era un simple deterioro del cemento, pero después, el mismo tipo de daño fue visible en diferentes puntos del corredor.
“De dos años para acá se ve mucho más frecuente, se ve que lo roto sigue una trayectoria específica, buscan la varilla y luego comienzan a jalarla y se va cortando todo el cemento en la misma dirección y queda la pura masa del cemento, la tiran al suelo y le quitan el resto de la mallita que queda”, dijo.
Por otra parte, señaló que hace una semana que ese bulevar está a obscuras, debido a que en la última lluvia las luminarias se descompusieron y se quedaron “parpadeando como semáforos en preventivo” hasta que desde el pasado viernes terminaron todos los focos apagados.
Sebastián, residente de la colonia San Gilberto, mencionó que la gente que va a hacer deporte al lugar ha reportado que ven a sujetos con mal aspecto golpeando el muro con objetos contundentes y arrancan la varilla para llevársela.
“Lo mismo pasó ahí en el área del Malecón donde había un casino, ahí los veías, llamaba la atención que al mediodía estaban tumbando unos bloques enormes de concreto para agarrar pedacitos de varilla, así es la necesidad de esa gente yo creo”, explicó.
Al igual que muchas personas, en un principio creyó que era desgaste natural provocado por la humedad y el tiempo, hasta que los deportistas asiduos a ese lugar confirmaron que es obra de los delincuentes que llegan por las tardes a robar.
“Yo lo veía destruido y decía ah que mala onda que no le inviertan, pero no, es material de muy buena calidad, tiene mucho tiempo ahí, está bien hecho y de repente en dos años se acaba, y es la vista de arriba lo que están tumbando”.
El lugar, tradicionalmente frecuentado por deportistas, familias y amigos que se sentaban en el muro a ver caer la tarde, cada vez tiene menos espacio disponible, y al menos en cuatro puntos se ve el cemento arrancado y trozos de varilla expuestos y con marcas de haber sido cortados.