“Es una labor gratificante, maravillosa y hermosa"; Imelda dedicó su vida a la educación especial
Al ver que su hermano menor era un niño con necesidades especiales, decidió ser maestra en educación especial, y actualmente tiene 30 años ejerciéndola.
HERMOSILLO, SON.- Su hermano menor sufrió hipoxia al nacer, eso fue un detonante que la llevó a ejercer su carrera como maestra en educación especial, pues al ver que era un niño con necesidades diferentes, Imelda Gastélum Mendívil decidió dedicar su vida a la docencia en niños y actualmente tiene 30 años ejerciéndola de manera activa.
Originaria de Nacozari de García, Imelda inició sus estudios en la Normal de Especialidades en Ciudad Obregón. Aunque siempre le gustó la idea de ser maestra, su inclinación se dio por herencia de su abuelo, quien fue un gran ejemplo al ser maestro también.
Contando siempre con el apoyo de su familia, siguió adelante en lo que le apasionaba desde joven, que era educar, el único obstáculo que tenía eran las problemáticas con los padres de familia respecto a las diferentes sintomatologías que padecían sus alumnos.
“Me desesperaba ver, sobre todo, que los padres de familia esperaban que tuviéramos como “una varita mágica” esperando a que se resolviera pronto su aprendizaje, a nosotros nos dicen claramente que es una situación permanente congénita, que es una manera de vivir y de ser, que no hay un medicamento que lo pueda quitar”, comentó.
A pesar de sus años de experiencia, trabajar con niños especiales sigue siendo difícil para ella porque sus conductas son de todo tipo, hiperactivas, agresivas o retraídas, pero a la vez es gratificante cuando logra que haya un equilibrio para hacerlos autosuficientes, esa es su mayor recompensa.
Trabajar con diferentes necesidades educativas para niños con discapacidad auditiva, visual, síndrome de Down, parálisis cerebral, autismo, déficit de atención, Asperger o problemas intelectuales, han hecho que su vocación como maestra se multiplique, preparándose diariamente y actualizando su aprendizaje.
“Siempre trato de educar a mis alumnos como igual porque el término normal no existe, darle una atención como si fuera para otro niño, simplemente adecuándolas a su capacidad”, explicó.
Actualmente es directora del Centro de Atención Múltiple en Nacozari, donde se sigue enamorando cada día más de su labor docente y apoyando a nuevas generaciones de maestros, pero nunca dejando las aulas.
“Es gratificante, maravillosa y hermosa esta labor, me ha traído muchas recompensas con niños que tenían discapacidad que hoy son profesionistas, ellos me recuerdan y me buscan, que me digan que me aman, que me extrañan, que soy como una mamá para ellos eso es magnífico”, dijo.