eMujeres | Irasema León, solidaria y defensora de los migrantes

Irasema León Millán creó la agrupación Golondrinas Migrantes para apoyar a quienes van hacia el norte en busca del llamado ‘sueño americano’.

HERMOSILLO, SON.- Nacer y crecer en una ciudad como Nogales, le permitió, sin darse cuenta, involucrarse en temas migratorios desde la parte humanitaria. Consciente de que el ejemplo arrastra, aprendió de su padre a ayudar a otras personas.

Irasema León Millán estudió Literaturas Hispánicas en la Universidad de Sonora. Trabajó como titular de grupo del programa de inglés en el Colegio Americano del Pacífico, y los últimos siete años los ha dedicado a atender un negocio familiar.

Trabajar de cerca con migrantes y personas de escasos recursos le hizo comprender que la gente transita de un sitio a otro no por gusto, sino porque ya no se siente segura ni en su propio hogar.

Red Solidaria

Su primer acercamiento con migrantes en Hermosillo, ciudad en la que radica desde hace dos décadas, lo hizo a través de Red Solidaria, organización que contactó vía redes sociales y a la que brindó apoyo como voluntaria.

Fue la coordinadora de esta agrupación, Aracely Chiquete, quien le propuso trabajar en las vías del tren directamente con migrantes. Vio en ella fortaleza y el don de atraer a más personas a esta causa.

“Me fui un domingo con ella a las vías; hacía un calorón, te acercabas a los rieles, y haz de cuenta un comal; ver aquellas personas en esas temperaturas, en esa condición humana de tener días sin comer, de no saber a dónde vas, con mucha problemática; no sé, ahí me enganché y me quedé en la ronda”, cuenta Irasema.

Durante cuatro meses colaboró con Red Solidaria, hasta que sintió que podía hacer más y formó Golondrinas Migrantes.

“Justo se estaba presentando acá en Hermosillo una obra de teatro escolar que se llama Golondrinas y trata de la travesía de unos niños migrantes en el tren; entonces, una de las Golondrinas era la directora de esta obra de teatro; y yo le dije, ¿qué onda? ¿Y si le ponemos Golondrinas?”, relató.

Con esta agrupación, de la que es coordinadora, realizó la campaña “Ponte en sus zapatos”. Utilizó la tecnología para solicitar el apoyo de la comunidad en la recolección de toallas sanitarias, agua, sueros y ropa, que domingo a domingo se entregó a personas en búsqueda del llamado “sueño americano”.

“Sentí mucha satisfacción. Mucha gente dice ‘si yo me sacara la lotería ayudara a mucha gente’; y yo siempre digo que no necesitas sacarte la lotería; ¿en tu casa tienes un litro de leche?, junta uno; ¿tu vecino tiene otro?, junta otro; ¿tu mamá tiene otro? junta otro; uno entre muchos se hace, no necesitas tener todo para ayudar una sola causa”, comentó.

Caravana Migrante

La separación de las familias es la situación más impactante que observó en 2018 durante el paso por Sonora de la Caravana Migrante. Ver la invisibilidad dada a esta problemática social la dejó sin palabras, más aún, la ineficiencia del personal del Instituto Nacional de Migración (INM).

“No te dejan trabajar, no te dejan; deja tú que ellos (INM) no lo hagan, pero tampoco te dejan hacerlo a ti; ¿por qué? Porque no van a permitir que los señales, que hagas lo que ellos tendrían que hacer por obligación”, apuntó.

Irasema, junto con otras mujeres que integran la agrupación Golondrinas Migrantes, solicitaron autorización para brindar ayuda a migrantes durante su paso por la localidad, sin embargo, ésta y otras peticiones fueron condicionadas por autoridades federales.

“No nos dejaron recibirles aquí en la ciudad, la caravana la recibíamos en Pesqueira, en la caseta, de noche, cuando nadie se diera cuenta; queríamos montar algún tipo de consultorio médico o algo; sí está bien, pero allá en Pesqueira; allá afuera que, porque traen epidemias, que porque traen esto; unas explicaciones tan tontas no nos las vamos a creer pues”, reveló.

Abuso a mujeres migrantes

El contacto directo con la Caravana Migrante, le permitió corroborar las condiciones tan deplorables y de abuso que vivían las mujeres en su paso por nuestro país.

Además de artículos de higiene personal, jóvenes y adultas pedían inyecciones anticonceptivas para evitar un embarazo pues sabían, sufrirían abusos sexuales en su tránsito por México.

“Que 70 u 80 por ciento de las mujeres migrantes son abusadas sexualmente aquí en México; te estoy hablando que lo más atroz para un migrante hasta ahorita ha sido México, ni siquiera el cruzar, atravesar, cruzar México, deja tú, cruzarlo con vida, es lo más atroz”, recalcó.

De acuerdo con los testimonios que recolectó, los viajes en el tren son descritos por quienes los realizan como horribles. Varias personas morían aventadas durante el trayecto, como prueba de superioridad y jerarquía. Las mujeres, por su parte, se hacían de un acompañante hombre para evitar violaciones, pero en muchas ocasiones, eran estos mismos acompañantes quienes abusaban de ellas una y otra vez.

“Vimos familias enteras, discapacitados, abuelas, un autobús lleno de mujeres por arriba de los 70 años, cuando a esa edad tú tienes que estar dignamente descansando en tu casa; después de toda una vida de crianzas, de trabajo, un autobús lleno de abuelitas, ¿lo puedes creer?”, cuestionó.

El altruismo corre por sus venas

Cuando “Molino Rojo”, uno de los bares propiedad de su padre se quemó, fueron auxiliados inmediatamente por Bomberos de Nogales. A partir de este acontecimiento, Rodolfo León enfocó sus energías en ayudar a esta institución a través de convenios con los “apagafuego” de Tucson, Arizona.

“Hicieron un vínculo con bomberos de Tucson, les trajeron bomberas, trajes donados por los equipos de bomberos de allá, prácticamente nuevos, tanques de oxígeno, atendieron a bomberos de Nogales, de Cananea y Magdalena; entonces mi papá dejó ahí como su pequeño legado”, apuntó.

De cierto modo, Irasema heredó de su familia un legado altruista que ahora pone en práctica en el comedor Las Golondrinas.

Ayudar a quienes más lo necesitan es una grata satisfacción

“Antes servíamos el desayuno en un tejabán, en una mesa que se estaba cayendo, se sentaban los niños en cubetas; se hizo trabajo por parte de algunas asociaciones, de una iglesia, de un ingeniero y se construyó el comedor e incluso se puso piso”, mencionó Irasema León Millán.

A este comedor, ubicado en la colonia Humberto Gutiérrez Corona, al norte de Hermosillo, a diario acuden a desayunar 60 niños de diferentes sectores de la ciudad. Irasema recolecta la comida a través de donaciones y son la señora Maru y su hija Vanesa las encargadas de cocinar.

“Incluso alcanza hasta para el lonche porque hay niños que no van a comer en todo el día, entonces, la señora los tiene bien identificados y les dan un panecito y un juguito para que se lo coman en la tarde, porque hay niños que ya no tienen otra comida en el día”, explicó.

Grata satisfacción

León Millán pide a la gente confíen en quienes se dedican a ayudar a otros. Su farmacia funge como centro de acopio, y a través de redes sociales publica las imágenes del apoyo que reciben los niños en este comedor.

Considera que ayudar a quienes más lo necesitan es una experiencia personal, y quienes la viven, sienten una grata satisfacción. Invita a las mujeres a practicar la sororidad y el autocuidado como valores básicos dentro y fuera de sus hogares.