eJEMPLAR | El despertar de una vida

Adán David, el joven que de pequeño venció al Síndrome de Kleine Levin, un mal que lo hacía dormirse por semanas y caer en una especie de coma inducido.

HERMOSILLO, SON.- Los recuerdos de su niñez no están del todo claros, pero no es tanto por el paso del tiempo, sino porque de pequeño Adán David González Burrola sufrió el Síndrome de Kleine Levin, una de las enfermedades más raras que existen en el mundo y que solamente afectan a un escaso porcentaje de la población.

Tenía solamente 2 años de edad cuando los doctores le diagnosticaron esta rara enfermedad que, de la nada, lo hacía caer en un letargo y que lejos de hacerlo descansar, preocupaba cada vez más a sus padres, pues no sabían si el pequeño despertaría de ese estado.

Muchas veces y durante varios años, el pequeño cayó en ese profundo sueño, le pasó cuando cursaba el preescolar y también ya estando en la primaria, cayendo en una especie de coma inducido, a veces por varias semanas, incluso en una ocasión, durante una cirugía murió por dos minutos y lo tuvieron que reanimar con electrochoques.

“Dicen que cuando tenía dos años me caí y me di un golpe en la cabeza, pero en ese momento no pasó nada, cuando tenía cuatro años fue cuando empezó todo y me dio esa rara enfermedad que

en ese entonces (1998) padecían solamente tres personas en el mundo y que a la fecha ha habido sólo alrededor de 368 casos, creo que en México hemos sido como dos personas nomás”, detalló el joven.

Sin embargo, la fe de su madre, Elizabeth, siempre se mantuvo y por todos lados buscó la manera para que Adán David saliera adelante, a tal grado que el caso del pequeño se dio a conocer

a la luz pública por varios medios de comunicación de esa época y por ello, fue atendido por especialistas en Estados Unidos, para posteriormente ser operado en la ciudad de Guadalajara, donde se le retiró un tumor de la cabeza.

“Muchas veces caía en un sueño profundo, caía en una especie de coma inducido, llegué a estar así hasta dos meses y medio, y luego despertaba y continuaba como si nada, pero luego volvía a caer

en ese sueño. Se dieron cuenta de esta enfermedad hasta que tenía cuatro años, que fue cuando me diagnosticaron”, comentó Adán David.

Tras la operación y luego de retirarle la causa que le provocó la llamada enfermedad de la “bella durmiente”, Adán David tuvo una última advertencia por parte de los médicos: existía la

posibilidad de que la enfermedad podría volver cuando tuviera 18 años.

Afortunadamente, el Síndrome de Kleine Levin nunca más volvió y actualmente Adán David tiene una vida plena al lado de su esposa Libia y de sus pequeños hijos, Adán Saíd y Jesús

Gael, de 6 y 3 años de edad, respectivamente.  Fueron años en los que Adán David padeció esta rara enfermedad, tiempo en el cual, sus padres, Elizabeth y Adán, vivieron un calvario, una incertidumbre que no los dejaba estar tranquilos.

Muy agradecido

Hoy en día, Adán David es un joven de 28 años de edad, es egresado del Instituto Tecnológico de Hermosillo (ITH), donde cursó una ingeniería, con especialidad en Seguridad Industrial.

Además, resultado de haber padecido esa enfermedad y parte del ejemplo que le dieron sus padres, Adán David lleva 16 años como socorrista voluntario de la Cruz Roja, delegación Hermosillo, donde dijo, disfruta ayudar a los demás, así como de niño, lo ayudaban a él con los traslados.

“Yo estoy muy agradecido con Dios, con la vida, de niño tuve esta rara enfermedad que sólo les pega a muy po- cas personas y yo estoy aquí, estoy bien”, expresó el joven.