Stefanía ha hecho de su hijo Bruno Diaz un joven destacado
La madre dio a luz a Bruno a los cinco meses de gestación, lo que provocó que sus retinas no se desarrollaran, pero esto nunca fue motivo de angustia para Stefanía, quien ha logrado que su hijo destaque en varios ámbitos sin ser tratado de forma diferente a los demás.
“Nunca he querido que lo traten distinto al resto de las personas ni llamarle en diminutivo, por eso le puse Bruno, porque casi no te dicen Brunito, como dirían Lalito, Carlitos o Pepito”, platicó Stefanía, madre de un adolescente ciego, conocido en Guaymas por tener un alto rendimiento académico, sociabilidad y autosuficiencia.
Bruno Díaz O'Limón nunca ha podido ver y se guía por el resto de sus sentidos, nació en agosto de 2008 a los cinco meses de gestación y no se desarrollaron sus retinas; ante el hecho, sus padres intentaron operarlo con los mejores médicos, pero no hubo remedio para sus ojos. Al preguntarle a Stefanía que sentimientos tuvo al saber que su hijo sería un ciego permanente, dijo que ninguno en especial, y tampoco recuerda haber llorado por la situación.
A diferencia de muchas madres, ella rara vez siente aprehensión o angustia, y rechaza el tratarlo como una persona enferma, de modo que cuando él tenía seis años de edad lo llevó a clases de Braille, y por largo tiempo fue el único alumno de la maestra Sonia Bustamante Real, que trabajaba en la Casa de la Cultura a espera de invidentes que quisieran aprender, pero nomás el permanecía, a pesar de que en esta ciudad se tiene un registro de al menos 13 niños en edad escolar con ceguera total.
“Le enseñé a hacer las cosas lo más parecido a como lo hace cualquier otro niño, es hijo único, pero no está chipileado, siempre ha ido a escuela regular, desde el kínder hasta la secundaria, porque creo que es lo mejor, y para el nivel que tiene, ir a una escuela de enseñanza especial es retroceder, además él tuvo la bendición de que varias de sus maestras aprendieron Braille para ayudarlo a él, porque ha sido el único niño ciego en la primaria Alfonso Iberri”, explicó.
También lo llevaba a clases particulares con una terapeuta en Arizona, y le llamaba la atención ver que en el grupo había niños ciegos de cinco años aún usaban pañal, no hablaban o no se sostenían debido a una crianza sobreprotectora, que Stefanía considera, jamás se debe de aplicar, y si es posible, no darles preferencia sobre los demás, a fin de que aprendan, y el próximo reto de Bruno, a sus 14 años, será aprender a cocinar utilizando la estufa.
“Cuando era más chiquito me desesperaba que en las fiestas lo consintieran tanto, que lo dejaran pegarle primero a la piñata, que lo pusieran primero en las filas y entiendo que es por cuidarlo, pero no debiera ser así, tampoco quiero que tenga perro guía, tal vez de adulto sí pero por ahora no, porque el perro lo va a dirigir y tiene que saber dirigirse el, ahora él sabe cuándo hay hoyos en la banqueta, cuando hay un barandal, cuando no lo hay, y además hay mucha gente que se acostumbra a abusar de su discapacidad para poner pretextos y exigir cosas, así no se puede mejorar”, señaló.
Desde hace varios años, Bruno Díaz O'Limón pertenece a la Red Nacional de Niños Difusores y ha viajado a eventos donde resulta el más sobresaliente de Sonora, por iniciativa propia, la semana pasada hizo para un restaurante el menú en Braille, todos los sábados participa en un programa de radio, y su deseo es llegar a ser locutor y programar música. El próximo mes de agosto entrará a la preparatoria y su madre está tranquila de saber que él va a continuar relacionándose con personas comunes y corrientes, para experimentar tanto lo grato como lo amargo de la vida.