"Por temor a la rapiña no fuimos al albergue": damnificados en Empalme

El agua rápido inundó la casa por lo que fue prioridad salvar a los niños en canchita de la colonia Pesqueira.

Luego de tres días después de que su hogar se inundara con la crecida de la bahía de Empalme, la familia Hernández recuerda que lo único que vino a su mente mientras subía el nivel del agua, es que tenían que poner a salvo a sus hijos de 5 y 12 años.

“Tratamos de salvar algunas cosas cuando empezó a subir el nivel del agua y las subimos al techo, pero en cuestión de minutos el agua nos llegó a las rodillas y lo único que quisimos asegurar fue a nuestros hijos”, comentó la señora María Hernández.

En tanto, comentó que ella, su esposo e hijos se dirigieron rápidamente a la canchita de la calle Murillo Ibarra, porque se encuentra en una loma y ahí podrían ser rescatados, en dado caso, con mayor facilidad.

“Nosotros no quisimos irnos a los albergues porque cuando empezó a subir el agua, empezó la rapiña en la colonia”, dijo, “había quienes sólo esperaban que las casas quedaran solas para llevarse lo que pudieran y nosotros teníamos que cuidar lo nuestro; no pensamos que lo perderíamos todo porque ni siquiera estaba lloviendo”.

SIN UNA COBIJA

Comentó que fueron dos ocasiones en las que el agua subió de manera considerable en su vivienda ubicada en la colonia Pesqueira; la primera vez, recordó, fueron a resguardarse a la cancha y pasaron toda la noche sin siquiera una cobija que tender en el suelo para que durmieran sus hijos.

Ya en la mañana del domingo, cuando bajó un poco el nivel del agua en la colonia, decidieron volver a su casa para limpiar, pero ese día, dijo que el agua subió más rápido y no les dio tiempo de nada, más que de volver a resguardarse en la cancha, donde había muchas más familias.

Y el lunes, cuando casi no había agua en la calle volvieron a sus hogares para sacar a la calle todo lo que quedó bajo el agua por horas, puesto que se echó a perder.

“Ahora, tenemos que hacer como si nada pasó y regresar a trabajar a partir del miércoles (hoy), porque mi esposo trabaja en maquilas y ya lo están requiriendo, pero no tenemos ropa y zapatos para ir a trabajar”, lamentó.

Reprochó que las autoridades municipales no estén apoyándolos como dicen, porque como damnificados fueron a pedir apoyo al Teatro Ferrocarrilero, sobre todo ropa, pero no los dejaron agarrar porque no estaban en el albergue.

Por ello, en dado caso de poder contar con el apoyo de la población, solicita los ayuden con ropa de mujer, talla grande, para los niños de 7 y 12 años y para su esposo, talla 34, además de útiles escolares, porque ya en una semana regresan a clases los niños y la reciente lluvia los dejó nada.

Quienes deseen apoyar a la familia Hernández pueden comunicarse al celular 6221 768 308.